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Pasajeros aguardan a que se restablezca el suministro eléctrico en la estación de Sealdah, cerca de Calcuta. :: DIBYANGSHU SARKAR / AP
MUNDO

El elefante se queda a oscuras

650 millones de indios sufren el mayor apagón de la historia, que sigue hoy por el colapso de la red

ZIGOR ALDAMA
SHANGHAI.Actualizado:

La banda sonora de India es una estridente mezcla compuesta por los grandes éxitos de la música local, generalmente canciones de bailes imposibles que triunfan en taquillazos de Bollywood, y por el intermitente -pero ensordecedor- traqueteo de los generadores diésel, imprescindibles en cualquier comercio o vivienda que se precie. Porque los apagones son como la oveja negra de la familia, y no hay rincón del país que se libre de ellos. Ni la capital, Delhi, ni el corazón económico, Bombay. Y basta un vistazo al estado en el que se encuentran los enmarañados ovillos de cables que cuelgan por doquier, plagados de ratas y de monos, para hacerse una idea de por qué India sufre este crónico quebradero de cabeza.

Pero incluso un país acostumbrado a convivir con el caos tiene sus límites. Y ayer se rebasaron con creces. Según la Autoridad Eléctrica Central de India, el colapso sin precedentes de tres de sus principales centros de distribución de energía -los del norte, noreste y este-, provocaron que una docena de estados del país se quedasen sin suministro. Más de 650 millones de personas, la mitad de la población del segundo país más nutrido del planeta y casi el mismo número de quienes no tienen acceso a un retrete en India, se quedaron hasta siete horas sin electricidad.

Muchos no notaron la diferencia con un día cualquiera, pero fue el mayor apagón de la historia. Ni siquiera salieron indemnes los servicios esenciales, como los ferrocarriles, el metro o los hospitales, que consiguieron mantener sus constantes vitales gracias a los generadores externos. Cientos de cuerpos quedaron a medio incinerar en las instalaciones eléctricas de los tanatorios del norte, mientras que en Delhi, donde se formó un atasco de proporciones bíblicas, los pasajeros tuvieron que abandonar los convoyes del suburbano y salir andando por los túneles. Los usuarios de la red de ferrocarriles que más gente mueve en el mundo no corrieron mejor suerte: anoche todavía no se había conseguido reubicar a la mayoría de los miles de pasajeros hacinados en las estaciones o que tuvieron que apearse a mitad de trayecto.

Claro que ninguna historia supera en dramatismo a la de 200 mineros que quedaron atrapados en el fondo de tres minas del Estado de Bengala Occidental después de que los ascensores se quedasen sin corriente. «No debe cundir el pánico porque no tememos por sus vidas. Estamos esperando a que se restablezca el suministro para subirlos», se limitó a decir uno de los responsables de la empresa explotadora, Eastern Coalfields.

Según fuentes gubernamentales, los apagones continuarán hoy, aunque mitigados, hasta que concluyan las reparaciones. A las siete de la tarde de ayer, momento en el que se hicieron públicos los últimos datos, solo se estaba suministrando un 20% de las necesidades eléctricas del norte y del este, y casi la mitad de las del noreste. Hoy, primero se reiniciará la producción de energía en las centrales hidroeléctricas, que deberían abastecer al menos a los grandes núcleos urbanos, y luego seguirán las térmicas.

Déficit energético

Sus responsables cruzan los dedos para que no se repita la situación del lunes, cuando se produjo el que se denominó como el peor apagón de la década. Más de 300 millones de personas quedaron a oscuras antes de que las autoridades asegurasen que el problema estaba solucionado y no volvería a repetirse. Teniendo en cuenta lo sucedido un día más tarde, tampoco sería asombroso que hoy se bata un nuevo récord.

«Todo el mundo sobrecarga la red», criticó, en un clásico ejemplo indio de 'balones fuera', el ministro de Energía, Sushil Kumar Shinde. «Me he reunido con los responsables del sector energético de cada Estado y les he dicho que si toman más electricidad de la que les corresponde, serán castigados. Además, he dado instrucciones de que, si se da este caso, se corte el suministro directamente», disparó.

Diferentes estimaciones cifran entre un 10% y un 15% el déficit energético de India, y, aunque parece mera coincidencia que este año el país vaya a crecer a la menor velocidad de la última década, muchos consideran que es imposible que continúe con un rápido desarrollo económico si se repiten una crisis como ésta. Así que la energía nuclear vuelve a ganar adeptos.

Actualmente, las centrales atómicas suministran solo 4.560 megawatios, pero el país hindú pretende aumentar esa capacidad hasta los 14.600 MW en 2020. Para la mitad del siglo debería producir por esta vía el 25% del total, unos 27.500 MW. Con este fin ya ha cerrado acuerdos de transferencia tecnológica con EE UU, y los apagones de estos días sin duda restarán fuerza a las manifestaciones en contra del plan.