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Hollande saluda a Monti, con quien se reunió ayer en París. :: BERTRAND LANGLOIS / AFP
Economia

Monti y Hollande urgen a defender el euro mientras Alemania inquieta a los mercados

La prima de riesgo vuelve a dispararse al reiterar el Ministerio de Finanzas germano que el fondo de rescate no tenga ficha bancaria

I. CASTRO / J. DÍAZ DE ALDA
BRUSELAS / BILBAO.Actualizado:

Alemania y la absoluta falta de concreción de los planes que se puedan manejar en Europa para atajar la crisis de deuda devolvieron ayer la incertidumbre al mercado. El 'efecto Draghi', que resucitó a los inversores el pasado jueves al asegurar que el BCE hará «lo que haga falta» para defender al euro, pierde fuerza por momentos. Ayer, todas las bolsas europeas cerraron en 'rojo' -el Ibex cedió un 0,94%- y las primas de riesgo de España e Italia recobraron su carrera al alza. La prima de riesgo se situó en los 546 puntos básicos, echando por tierra buena parte de lo recuperado en los últimos días.

El castigo regresó alentado, una vez más, por las zancadillas que el gabinete de Angela Merkel, en especial su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se empeña en poner en el camino de la normalización de la crisis. El departamento de Schäuble no dudó en mojar la pólvora de Mario Draghi -en quien, quizás, hay puestas demasiadas esperanzas- al insistir en que no es necesario dotar de ficha bancaria al fondo permanente de rescate europeo (MEDE). Algo que permitiría a este instrumento apoyarse en el BCE y comprar deuda de los países periféricos de forma ilimitada.

Reunión del BCE

El Bundesbank no quiere oír hablar de esa posibilidad y será el propio Draghi quien intente en las próximas horas convencer a los halcones del banco central germano de la necesidad de dar ese paso. Todas las miradas se centran en el italiano; ayer, rompiendo su ortodoxia habitual, dejó entrever con sus palabras que el BCE podría sacar mañana en Fráncfort, donde se celebra una reunión de su consejo de gobierno que se presume crucial, todo su arsenal.

De él se espera desde una rebaja de los tipos oficiales a una reapertura de la barra libre de liquidez a la banca o, incluso, la compra directa de deuda soberana española o italiana. Con todas las miradas en Draghi, ayer se supo que el Defensor del Pueblo Europeo, el griego Nikiforos Dimandouros, lo investiga tras recibir una queja por un posible conflicto de intereses al pertenecer el banquero a un 'lobby' dedicado a defender los intereses de la banca. Más presión añadida.

Mientras volvía la incertidumbre a los mercados, François Hollande y Mario Monti llamaban a no perder «ni un minuto» para garantizar la estabilidad de la zona euro. Los mandatarios, que protagonizaron el enésimo contacto entre líderes europeos de los últimos días, se conjuraron para hacer «todo» lo necesario en defensa de la moneda única.

En un comunicado conjunto difundido tras su cita en el Elíseo, ambos aplaudieron la determinación expresada por el BCE y sugirieron el uso del fondo de rescate para comprar deuda española e italiana. «Si es necesario, los instrumentos previstos deben estar listos para su utilización a la mayor brevedad», apostillaron en referencia a la adquisición de bonos mediante el mecanismo de urgencia.

El primer ministro italiano abrió en París una gira relámpago por Europa que concluirá mañana con un encuentro con Mariano Rajoy. En la capital francesa, el líder tecnócrata cosechó el respaldo de Hollande para que toda la zona euro se implique en la estabilización de los mercados. Como le sucede a España, Italia soporta una fuerte presión de los inversores que le obliga a pagar unos intereses insostenibles por colocar su deuda, mientras que otros socios se financian a costes negativos. Ambos líderes constataron esta paradójica situación en el seno de una misma moneda y censuraron la falta de confianza de los parqués pese a que los gobiernos llevan a cabo «reformas necesarias, pero difíciles».

La ruta hacia la tranquilidad pasa por una intervención del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), una condición que parece imprescindible para que el BCE acuda en auxilio de la zona euro. La cuestión no está ni mucho menos cerrada, pero ambos organismos unirían sus fuerzas para desterrar las dudas de los inversores. Hollande y Monti dieron su cobertura a este doble frente al reclamar que se cumplan «rápidamente» los compromisos alcanzados en la cumbre europea de finales de junio. En aquella cita, los socios acordaron flexibilizar el uso del FEEF sin imponer nuevos ajustes a los países que pidan su ayuda.

Viaje a Finlandia

Hoy, Mario Monti viaja a Finlandia para tratar de lograr su apoyo al plan. El líder tecnócrata se reunirá en Helsinki con el primer ministro Jyrki Katainen, uno de los más exigentes a la hora de reclamar sacrificios a los socios vulnerables. De acuerdo a las tesis que se manejan en la prensa italiana y francesa, la prueba de fuego en la gira del responsable transalpino estará mañana en Madrid. Ahí deberá vencer las resistencias de Mariano Rajoy para solicitar conjuntamente auxilio al FEEF para que compre deuda.

La cita de Monti y Rajoy coincidirá con la reunión mensual del consejo del BCE. Antes de viajar a París, el líder italiano eludió entrar en especulaciones durante una entrevista. Eso sí, alimentó las esperanzas de un plan inminente al asegurar que «Italia y el resto de Europa se están acercando al final del túnel». En cuanto a su homólogo español, insistió en que «ha hecho y hará cosas valientes e importantes». «No tengo consejos específicos que darle salvo que me los pida, aunque es importante ayudarse entre todos en Europa», proclamó el presidente italiano.