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El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, junto a Mario Jiménez y Amparo Rubiales. :: EFE
ANDALUCÍA

Griñán espera arrancar a Rajoy el compromiso de un mejor trato con Andalucía en el reparto del dineroEl PP confía en que Griñán rebaje la confrontación

El presidente de la Junta reivindica una nueva financiación autonómica y mayor flexibilidad del déficit público

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La entrevista esta mañana entre Rajoy y Griñán puede marcar un antes y un después en las relaciones del Gobierno de la nación con la Junta de Andalucía. La situación de emergencia del país obliga a los dos mandatarios a dejar a un lado la confrontación política y a prometerse lealtad institucional. Con este propósito visita Griñán la Moncloa, según fuentes de la Junta. Y con la misma voluntad recibe Rajoy al mandatario andaluz, según la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo. Pero además de buenas palabras y cordialidad institucional, Griñán también espera arrancar de Rajoy el compromiso a un mejor trato con Andalucía en el reparto del dinero, sea a través de los Presupuestos del Estado o del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Rajoy obtendrá de Griñán la certeza de cumplir con el objetivo del déficit para las comunidades autónomas, marcado en el 1,3% del PIB, aunque al presidente andaluz le parezca injusto y reclame una mayor flexibilidad de dicho tope. Griñán solicitará al inquilino de la Moncloa la convocatoria de una conferencia de presidentes para abordar la actual situación y los sacrificios que deben hacer las comunidades.

Griñán expondrá sus quejas al presidente del Gobierno sobre el reparto «desigual» del tope de endeudamiento. El presidente andaluz lamenta que las comunidades tengan que hacer un esfuerzo mayor que el Estado para cumplir con la estabilidad cuando las primeras son las que soportan los gastos de primera necesidad de los ciudadanos, como la educación, la sanidad y la dependencia. El Gobierno se ha reservado para sí la flexibilidad que Bruselas ha concedido a España en el objetivo del déficit, de forma que su tope de endeudamiento pasa del 4,5% al 5,5%. Andalucía reclamó en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera que el Estado se quede con medio punto y las comunidades con otro medio. Ello daría a Andalucía un respiro de al menos 500 millones de euros. Su actual plan de ajuste para cumplir con el déficit fija en 2.700 millones de euros el recorte del presupuesto de este año.

José Antonio Griñán también planteará a Mariano Rajoy su malestar por el trato recibido de su gobierno. No es previsible que cite nombres, pero es conocida la queja andaluza sobre los responsables del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Tanto su titular, Cristóbal Montoro, como el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, han lanzado mensajes advirtiendo de la insolvencia de la Junta, lo que, según esta, le ha impedido colocar deuda autorizada en los mercados financieros. Andalucía está a la espera de que los bancos le concedan 2.500 millones de euros. El Gobierno andaluz está especialmente dolido con el trato que recibió la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, por parte de Montoro en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), cuando a punto estuvo que no le fuera aprobado su plan de ajuste. Griñán ha advertido que el CPFF es un órgano de cooperación entre el Gobierno y las comunidades y acusa a Montoro de querer imponer sus opiniones sin escuchar a nadie.

Pacto fiscal

El presidente andaluz reclamará al jefe del Ejecutivo un nuevo sistema de financiación de las comunidades autónomas, reivindicación que ya hizo sin éxito al presidente Rodríguez Zapatero. Andalucía, lo mismo que Murcia, Valencia y Canarias, salen perjudicadas con este sistema. Las quejas de Griñán, materializadas en recursos a los tribunales tanto con Zapatero como ahora se presta a hacer con Rajoy, se centran en que Andalucía recibe menos dinero porque no se tiene en cuenta su población, sino muchas veces el PIB (producto interior bruto) u otras variables. El presidente de la Junta mostrará a Rajoy su oposición a un régimen especial fiscal para Cataluña parecido al del País Vasco, como reclaman los nacionalistas catalanes. Griñán ha obtenido el compromiso de los socialistas catalanes de no sumarse al pacto fiscal. Griñán y Pere Navarro han acordado reivindicar una financiación federal donde el que más aporta (es decir Cataluña) nunca se puede quedar por debajo del que menos.

El presidente andaluz pedirá al del Gobierno que en los Presupuestos de 2013 se tenga en cuenta el peso poblacional para destinar a Andalucía el 17,8% de las inversiones estatales, según establece el Estatuto de Autonomía. En el Presupuesto aprobado en marzo no se ha tenido en cuenta.

Es previsible que ambos mandatarios hablen sobre el recién creado Fondo de Liquidez, dotado con cerca de 19.000 millones de euros a través del ICO. Se trata de un sistema ideado para auxiliar a las autonomías con problemas de tesorería ante las dificultades de colocar deuda. Hasta ahora ya han recurrido a esta ayuda Cataluña, Murcia y la Comunidad Valenciana. Griñán ha dicho que por el momento no piensa acogerse, aunque no lo descarta si sigue con problemas para obtener créditos de los bancos. La Junta pone reparos porque esta ayuda se entiende como un rescate, lo que implicaría un control exhaustivo del Ministerio de Hacienda sobre el presupuesto de la comunidad que lo reclama. Cataluña no lo entiende así y está previsto que Montoro exponga las exigencias de la ayuda en el Consejo de Política Fiscal y Financiera próximo. Es posible que Rajoy aclare a Griñán las condiciones y ello determine a Andalucía la posibilidad de acogerse a ella. El encuentro se produce siete meses después de que Rajoy llegara a la Moncloa y tres después desde que Griñán revalidara la presidencia de la Junta. Es la primera reunión de ambos mandatarios, quizás los máximos exponentes de dos modos de entender la política en España. Griñán es el dirigente con mayor poder institucional del PSOE, el principal partido de la oposición a Rajoy. Gobierna la comunidad autónoma más poblada. Pero además es el presidente de un gobierno de coalición de socialistas y comunistas, lo que convierte a Andalucía en un laboratorio de políticas de izquierda en España frente a la predominancia conservadora.

Diferencias políticas

Durante la campaña electoral y en su discurso de investidura Griñán hizo ver sus diferencias con las políticas del PP. Ha defendido a ultranza salvar de los recortes el presupuesto para educación, sanidad y dependencia. «Prefiero hacer una carretera menos que recortar en educación», reiteraba. Propósito que ha tenido que echar por tierra ante los decretos del Gobierno para asegurar la estabilidad presupuestaria.

Griñán se ha aplicado en marcar distancias con la política de Rajoy, tomándose en serio liderar desde Andalucía la alternativa de izquierdas. Dos no se confrontan si uno no quiere y desde Madrid también el Gobierno de Rajoy ha echado leña al fuego. Andalucía apostó por convocar oposiciones de profesores de Secundaria cuando el Gobierno de Rajoy recomendó que no se hiciera acuciado por las comunidades del PP. La convocatoria ha sido recurrida por el Gobierno al Constitucional al sobrepasar la Junta la ratio de reposición de jubilados permitida. Los socialistas reformaron la ley electoral para sacar a los alcaldes del Parlamento, lo que fastidia a los del PP. Rajoy ordenó su recurso al Constitucional, que ha suspendido la norma. La subasta de fármacos para ahorrar hasta 200 millones es otra pelea que se ha trasladado al al más alto tribunal de España. Griñán defendió el jueves en el Parlamento su derecho a discrepar del Gobierno de Rajoy, lo cual no le impide, asegura, «lealtad institucional».

La reunión de hoy en Madrid es vista por el PP andaluz como la ocasión que Rajoy le brinda a Griñan de «remar juntos» ante la situación de emergencia que vive el país. El presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, opina que el encuentro debe marcar el rumbo de la política en Andalucía para los próximos meses. Zoido emplaza al presidente andaluz a ser «humilde» y alejarse de la confrontación. Defiende los recortes de Rajoy como inevitables ante la situación heredada de Zapatero.

Por su parte, la delegada del Gobierno, Carmen Crespo, también cree que la reunión de hoy será «vital» para el futuro de Andalucía y recuerda que el Ejecutivo siempre ha estado abierto a la cooperación con la Junta, recordando las entrevistas de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, con Diego Valderas y Antonio Ávila, y las de Montoro con Aguayo.

Crespo lamenta que, en vísperas de la reunión, el PSOE-A haya puesto en marcha una campaña «en contra del Gobierno», esperando asimismo que la Junta entienda que «todos tenemos que ir de la mano y la mejor forma es la lealtad institucional y la coordinación». Crespo asegura que el Gobierno de Rajoy está actuando con «lealtad especial a Andalucía» como lo demuestran los planes a proveedores y el de liquidez. Sobre este, opina que Griñán debe decir al presidente del Gobierno «qué piensa», si acogerse o no a la ayuda ofrecida. «Lo que pretende el Gobierno de España es apoyar económicamente a las comunidades y darles una solución viable a la situación precaria en la que todas se encuentran», afirmó a preguntas de este periódico.