QUE NO CUNDA EL PÁNICO

La semana que agota el curso -si es que agosto va a llegar de una maldita vez- se abre con la incógnita de si Andalucía logra mantenerse fuera del foco de la crisis financiera de las autonomías. Mientras caen comunidades asfixiadas e incapaces de hacer frente a sus pagos, Valencia, Murcia, Cataluña, al sur de Despeñaperros se dice que no es necesario «por ahora». La consigna en la consejería de Carmen Martínez Aguayo es de calma. La consejera reconoce que la deuda viva, de unos 2.200 millones, se está colocando ya, con las dificultades lógicas de la situación, aunque late la sospecha de acoso de Madrid.

Es preciso esperar, pero también saber de qué hablamos cuando decimos Fondo de Liquidez Autonómica. Si se trata de obtener dinero a buen precio, en la Junta se ve como una opción que puede ser mejor que acudir a los mercados en condiciones menos favorables. El Consejo de Política Fiscal y Financiera del martes debe ser decisivo.

El quid de la cuestión reside en las contrapartidas. A tenor de las declaraciones de las 'bestias negras' de la Junta, Montoro y Beteta, en medios de la institución se teme que el recurso al fondo se convierta en una pérdida de autogobierno, que el Ejecutivo del PP utilice el mecanismo para invadir competencias. De ahí la defensa del Estatuto que el presidente Griñán incluyó como primer punto en su Pacto por Andalucía. O sea, que es posible que el Gobierno de Rajoy dé dinero a cambio de imponer condiciones que, en el caso andaluz, chocarían frontalmente con las políticas enunciadas por su presidente y constitutivas del pacto con IU. Así, privatizaciones en materia de sanidad, los leoninos recortes en Educación y la desaparición de las empresas públicas. Se considera que el ERE de Canal Nou, con 1.300 despidos, es una consecuencia, en este caso una 'precuela', de la petición de auxilio de president Fabra.

Sin embargo, en la Hacienda andaluza desdramatizan el miedo al control, porque están mandando papeles a Madrid sin parar, y llaman a la tranquilidad, la seriedad y el sosiego. Falta hacen.