UN CÁDIZ DE LO MÁS NORMAL
Actualizado: GuardarUn año más, el Cádiz CF ha vuelto a dar un cambio radical entre temporada y temporada. Otros hombres a cargo en la gestión, una plantilla totalmente distinta a la que defendía los colores el año pasado y, esto tampoco es novedad, un nuevo presidente al cargo. Antonio Muñoz, eso sí, ya no es el dueño de las acciones del Cádiz (o eso dicen), que pasan a manos de un Grupo Inversor monegasco, del que sabemos bien poco.
Sí sabemos que los señores afincados en Mónaco han puesto al timón del Submarino, al menos en su faceta deportiva, al italiano Alessandro Gaucci. Junto a su padre Luciano, bautizado en Italia por muchos como «Los reyes del fútbol de los pobres».
Eso pretende ser el Cádiz este año. Lejos de aquella careta que muchos nos cuelgan de ser «El Real Madrid o el Barça de Segunda B», Gaucci tiene muy claro que el Cádiz, como también dijo el nuevo presidente Florentino Manzano, «es mucho pero, deportivamente ahora, muy poco».
El Cádiz este verano no ha hecho ni tiene la intención de hacer un fichaje de renombre o procedente de un equipo de Primera. Tampoco quiere meter presión a la afición, llevándola a las taquillas de Carranza con la presión de las cifras a pesar de haber demostrado en multitud de ocasiones un cadismo incodndicional. Los jugadores que han llegado, abanderados por el gaditano Pablo Sánchez, hijo pródigo de Carranza, son futbolistas con ganas de triunfar en el fútbol para poder vivir de él. Sin contratos con clubes superiores ni más futuro que el que se van a jugar esta temporada con el Cádiz.
Ya echábamos de menos un Cádiz normal, sin todas estas urgencias que se habían convertido en cosa habitual en el Submarino. Este año el objetivo, junto al irrenunciable del ascenso, debe ser dejar de navegar a la deriva y que no se vuelva a empezar otro verano desde el cero absoluto.