«Rajoy lo está haciendo bien; ahora debemos recuperar la confianza de Europa»
Manuel Manrique, presidente de Sacyr, una de las grandes empresas de este país, habla del momento actual de la economía española Manuel Manrique. Presidente de Sacyr
MADRID.Actualizado:La entrada de su despacho, en la planta octava del edificio de Sacyr en pleno corazón de la Castellana, está llena de fotografías, muchas de ellas relacionadas con Málaga. Quien fuera en su día uno de los fundadores de la empresa que cuenta con 22.000 empleados es hoy su presidente y consejero delegado. La entrevista con Manuel Manrique se realiza horas antes de uno de sus muchos viajes relámpago a Panamá (su empresa ejecuta las obras de ampliación del canal).
-Malos tiempos estos, ¿no?
-Sin duda. Son malos tiempos, de gran incertidumbre, marcados por una grave crisis económica, pero soy de los que piensan que hay que hacer un punto y seguido y mirar hacia delante con ilusión. Yo tengo la confianza en que la situación de crisis económica de España haya tocado fondo o esté a punto de hacerlo, porque eso es algo que necesitamos, pues cuando la tendencia cambie la percepción de la realidad, aunque no hayan variado los datos ni las cifras económicas, es muy diferente. Por decirlo de una manera simple y visible: es muy diferente vivir una realidad yendo hacia abajo que cuando sabes que ya solo te queda una posibilidad: la de ir hacia arriba.
-¿Y cuál es su diagnóstico?
-Yo tengo esperanza y creo que esa situación la vamos a vivir en España a partir de finales de este año: tocaremos fondo, sabremos que ya no iremos más hacia abajo y que solo tendremos una salida. y que aunque va a ser un proceso lento al final veremos que ha merecido la pena.
-¿Eso de la burbuja inmobiliaria qué fue exactamente?
-La realidad es que eso de 'burbuja inmobiliaria' es una manera de llamar a una situación anormal en la que todo el mundo accedía a la compra de activos mediante un crédito fácil, abundante y barato, lo que unido a cierta falta de equilibrio global nos llevó a crear algo artificial que ahora estamos pagando, con un origen que fue generado por el sistema financiero y sus colaterales (fondos, productos nuevos sin mucha base, etcétera), creando activos o figuras económicas anormales promovidas por el mismo sistema, con un dinero facilísimo que, además, siempre era el mismo, que no era infinito pero lo parecía, y con un coste irrisorio, lo que produjo que la oferta de compra de activos fuera imparable. Todo ello propició que se dispararan los precios, que la valoración de los activos fuese irreal, creando una economía artificial, y esto ocurrió durante seis o siete años a todos los niveles: de estado, de gobierno, de compañías y empresas, de familias y de individuos. Ese proceso nos ha llevado a un efecto totalmente contrario, que es lo que hoy sufrimos, porque estamos en un proceso de reajustes, en busca de un mayor equilibrio.
-¿Y qué ha pasado para un pinchazo tan gordo?
-Era insostenible lo que había. No olvidemos que hubo un momento en el que si no ganabas un 30% en una compraventa de una vivienda en apenas unos meses eras un torpe; si no duplicabas el precio de unos terrenos en tres años es que eras un inútil. Era una cultura del 'pelotazo' en la que todo el mundo compraba y vendía con unos precios inflados, porque la oferta hizo que los precios no fueran reales, pero daba igual, porque todos estábamos dentro y no nos dábamos cuenta. Todos estábamos en la espiral y nadie se preguntaba ¿dónde está el límite?
-¿Este país tiene solución?
-Sí, hombre, sí. Yo tengo una confianza plena en el pueblo español, que es emprendedor, que tiene una vena empresarial por lo que no le importa asumir riesgos y que es capaz de enfrentarse a situaciones difíciles. Posiblemente porque hemos pasado unos años de bonanza, tan increíbles como irreales, ya no nos acordamos de que hemos afrontado otras crisis económicas muy duras, como la del denominado 'trienio negro', los años 91 al 94, o cuando para entrar en el euro tuvimos que afrontar unos equilibrios y unos recortes fortísimos, en los que nadie creía, y sin embargo se consiguieron y de forma brillante. Ahora tenemos un lastre, consecuencia directa de la burbuja vivida: existía una gran dependencia de la construcción, que ya no hay dinero fácil como antes, y nos va a costar salir, pero lo vamos a conseguir, y tengo dos razones en los que me baso para mi confianza: una porque entiendo que el Gobierno está adoptando medidas fuertes y contundentes que a medio y largo plazo serán eficaces, aunque ahora algunas de ellas las veamos como muy duras, y porque al adoptar y mantener esas medidas vamos a conseguir recuperar la confianza de Europa, y cuando lo consigamos, cuando se fíen de nosotros, entonces nos van a apoyar económicamente para generar empleo y riqueza, entre otras cosas porque a quien más le interesa una España económicamente fuerte es a la propia Europa.
-¿Cree que Rajoy está haciendo lo mejor o lo único posible?
-Yo creo que Rajoy lo está haciendo bien; quizás fue un poco tardía la reforma financiera porque no fue bueno que se esperara a que se celebraran las elecciones en Andalucía, pero no tengo dudas de que está tomando medidas muy importantes y muy rápidas, y entiendo que tendrán un efecto doble: generarán confianza en Europa y en su conjunto son necesarias para controlar el déficit, que es lo que permitirá una posterior expansión que propiciarán empleo y riqueza. La reforma financiera ya está orientada, ya viene, y lo que falta es una revolución en el sistema global de la administración, con una doble vertiente, una de la propia administración y su entorno (empresas colaterales, duplicidad de funciones, etcétera) y otra que es 'primo hermano' que entiendo que ya estamos en ello: España y los españoles tenemos que asimilar que el nivel de bienestar tiene que ser diferente, porque no podemos estar en el nivel del bienestar de los tiempos de la burbuja, porque hay que adecuar los servicios a los ingresos, y ese ajuste ni lo hemos hecho ni lo tenemos asimilado. No quiero que nadie mal interprete mis palabras, pero es difícil de entender que nuestro nivel de sanidad pública sea infinitamente mejor que el de los americanos; Obama aspira a lo que nosotros tenemos desde hace 30 años, y entiendo que adecuar las cosas a las realidades en las que vivimos, y eso no es ni mejor ni peor, sino que es algo que tenemos que hacer, que lo tenemos pendiente. Mire a lo mejor tenemos que comprender que cada pueblo no puede tener tres campos de fútbol con césped artificial o una piscina climatizada y cubierta. Hay que aplicar el sentido común.
-Cuando se reúne con compañeros empresarios del sector, ¿de qué hablan? ¿De qué se quejan?
-Se ha ido evolucionando en un doble sentido, de aceptar la realidad, de adecuarnos a una nueva situación. Se asume ya el nuevo contexto en el que nos movemos, pero siempre que tratamos, o al menos es lo que yo intento, es buscar el punto positivo, el saber qué podemos hacer, en qué podemos ayudar para salir cuanto antes de la situación en la que estamos.
-¿Cuál es el objetivo a corto y medio plazo de Sacyr?
-A corto plazo es pasar esta etapa conservando el máximo número de puestos de trabajo, que es el objetivo final de esta compañía. Lo que sí tenemos diagnosticada e implantada es la estrategia de cómo unir este objetivo con los marcados para un plazo más largo: nosotros nos hemos estabilizado en nuestro negocio, en lo que tenemos experiencia, y ya no vamos a salirnos de ahí, no vamos a hacer estrategias raras que lo único que nos han traído son problemas.