Lo que cuestan unas palabras de Draghi
Luis de Guindos, José Manuel García-Margallo y Álvaro Nadal se encargaron de los contactos para buscar una salida El equipo económico de Rajoy multiplicó su actividad en una semana crítica para España
MADRID.Actualizado:España ha vivido una de sus semanas más convulsas. Con la prima de riesgo batiendo récords cada día (el jueves abría en 649 puntos básicos), con un rentabilidad del bono a 10 años del 7,65% y con una novedad muy preocupante: el mercado secundario igualó la rentabilidad exigida a la deuda española a corto y largo plazo. Eso significa que duda de que España pueda pagar en cualquier plazo de tiempo. Y ese fue el último movimiento de los mercados en Grecia, Portugal e Irlanda antes de que pidieran el rescate.
Al final, nos salvaron unas palabras. Las del presidente del Banco Central Europeo, Mari Draghi, que el día en que el desasosiego llegaba a máximos dijo: «El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, será suficiente». Y el acto de fe se produjo. La prima de riesgo cayó de golpe 50 puntos y el tipo de interés del bono a diez años volvió a quedar por debajo del 7%. La Bolsa lo celebró con la mayor subida en dos años. La alarma se redujo, aunque nadie considera que esté controlada por mucho tiempo.
Durante estos días de inquietud, cuando los mercados daban por inminente el rescate, ¿qué pasos dio el Gobierno español? Tres nombres se mencionan en cualquier conversación sobre este tema: Luis de Guindos, ministro de Economía; José Manuel García-Margallo, ministro de Asuntos Exteriores y gran conocedor de los pasillos de Bruselas; y Álvaro Nadal, director de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno, al que consideran «más merkeliano que Merkel».
Portavoz cualificado
«El Gobierno utiliza a García-Margallo como portavoz cualificado en materia de política económica relacionada con el euro», señalan fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores. Nadie discute el perfil europeísta de Margallo. Fue vicepresidente de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo con una participación activa en la negociación del paquete de gobernanza económica europeo conocido como 'Six Pack'. Sus intervenciones son «incesantes». Esta semana, aunque de gira por varios países latinoamericanos, ha estado «muy implicado» en la cuestión, señalan las mismas fuentes. Además, acababa de celebrar una reunión del Grupo de reflexión sobre el futuro de Europa en la que participaron once ministros de la UE. Fue precisamente en ese marco donde Margallo acusó al BCE de «clandestino» al «no estar haciendo nada» por «apagar el incendio de la deuda pública».
Un incendio que se extendía mientras el ministro de Economía, Luis de Guindos, visitaba a sus homólogos alemán y francés. Realizó otras visitas 'discretas' a ministros europeos y mantuvo contactos telefónicos, entre otros, con el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn. La sombra de un rescate total para España planeaba y sigue planeandopor los mercados, aunque el Gobierno lo descarta. No obstante, también estuvo negando hasta el último día que fuera a pedir ayuda a los fondos europeos para sanear la banca española. Y ahí tenemos los 100.000 millones.
Y mientras De Guindos, acompañado del secretario general del Tesoro, Iñigo Fernández de Mesa, viajaba por Europa, y José Manuel García-Margallo multiplicaba las llamadas desde el otro lado del charco, ¿qué pasaba en Moncloa? Fuentes del Gobierno sostienen que Rajoy «mantuvo contactos», aunque, como dice la vicepresidenta, «es una anécdota» que podamos conocerlos. Nadie llamó a Draghi. Sería una intromisión en la independencia del BCE.
El problema es quién coordina las acciones. Esta semana las reuniones de De Guindos con sus homólogos europeos ya estaban previstas con anterioridad y «no había un plan coordinado» con otros ministerios, según una portavoz de Economía.
Eso es lo que no entienden en Europa. Contrariamente a lo que hacía José Luis Rodríguez Zapatero, que se ponía al frente de cada decisión, la manera de Rajoy de gestionar el poder es delegarlo en los ministros y dejarles hacer, lo que algunos llaman ponerse de perfil. Pero esto también ha traído desgaste. Según un reciente informe del departamento de investigación de N+1 Equities, el Gobierno «ha dilapidado» la confianza «entre contradicciones, reformas a medio hacer y sin una hoja de ruta clara». Para N+1, la credibilidad es el principal problema del Ejecutivo y plantea tres opciones para esta situación crítica: elecciones anticipadas, un gobierno de unidad nacional o un Ejecutivo de alto perfil tecnócrata con un vicepresidente económico. Pronostican como más probable la tercera.
Fuentes cercanas al PP ven a Mariano Rajoy «pasivo» en Europa, y critican que vaya detrás de Mario Monti, presidente italiano, incluso en sentido literal. El próximo jueves, precisamente, mantendrán una reunión en Madrid. Pero el Gobierno ha cambiado de eje. Cuando llegó al poder, la sintonía con Merkel era evidente porque «pensábamos que encontraríamos apoyo y comprensión», cuentan fuentes del Ejecutivo. Sin embargo, ahora, el secretario de Estado para la UE tiene que pedir solidaridad a Alemania y recordarle los beneficios que obtuvo tras la II Guerra Mundial con el Plan Marshall.