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Juan Luis Cano. / Archivo
literatura

Gomaespuma reloaded

Juan Luis Cano relanza su primera novela, 'Hincaíto', en formato 'e-book' para no quedarse fuera del tren del progreso

MICAELA GONZÁLEZ
MADRIDActualizado:

¡A modernizarse, se ha dicho! El mítico dúo despertador que comenzara sus andanzas allá por 1985 se ha subido al barco de la tecnología, o al menos ha puesto un pie a bordo. Juan Luis Cano, una de las mitades del par cómico que, junto a Guillermo Fesser, formaba Gomaespuma, ha relanzando su primera novela: 'Hincaíto'. Y lo ha hecho en el formato 'e-book' para no quedarse atrás en el tren del progreso.

Este es el primero de muchos, según ha afirmado el madrileño. Y sin pelos en la lengua, ha explicado en un vídeo que pretende embolsarse la mitad de los beneficios que se generen (que es la parte que le toca). "A mi buchaca, que el invierno que viene me quiero comprar unos guantes de cuero". Así de claro y sin perder su humor mordaz de siempre, suelta una 'puyita' para referirse a la que está cayendo en el panorama económico. Pero también hay contrapartida seria en la afirmación, porque la otra mitad se va a la fundación que lleva el nombre del programa que le lanzó a la fama, 'Gomaespuma', también capitaneada por Fesser, que ofrece ayuda humanitaria en Sri Lanka y Nicaragua entre otros lugares.

Esta novela la escribió ya hace doce años. Ahora recapitula sobre ella y al encontrar párrafo por párrafo y palabra por palabra, tal y como las dejó ordenadas en su día, la ofrece al público con un prólogo singular. En él reflexiona sobre lo efímero del hombre, pero no de sus ideas cuando quedan plasmadas en tinta y papel, aunque ahora también se inmortalizarán las suyas en un microchip y una pantalla de tinta electrónica.

Esta revolución que convierte al papel y el lápiz en los prolegómenos de una inminente era digital aún es incipiente, pero avanza deprisa y no parece echar en falta el pedal del freno. Por mucho que le pese a los amantes del olor a tinta y papel inmaculado o a los enamorados del sutil sonido del roce de dos hojas al pasar página, hay quien afirma que los libros, tal y como hasta ahora han sido concebidos, se encuentran en fase agonizante. En culquier caso, lo que no se puede negar es que se está librando una batalla entre lo clásico y lo moderno.

Digitalizar un libro es fácil, rápido y lo más importante, muy barato. Y en un momento en los que los bolsillos andan medio vacíos y los jóvenes piensan en ciento cuarenta caracteres y publican su vida en fotos, qué mejor que aderezar el 'pack' con un entretenimiento compatible con esa tecnología que a grandes zancadas invade cada sector de la vida moderna.