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MUNDO

Kim se desmelena

ZIGOR ALDAMA
SHANGHÁI.Actualizado:

Es difícil dar crédito a los ojos. Las fotografías provocan un 'shock' e incredulidad instantánea. De hecho, lo primero que viene a la mente es la posibilidad de un habilidoso uso del Photoshop. Porque los Kim siempre han sido aficionados a mirar e inspeccionar cosas, sí, pero de ahí a probarlas va un trecho. Más aún si son ingenios mecánicos producidos en su propio país.

Pero no, para demostrar que no hay trampa ni cartón ahí están también los doce minutos que le dedicó la cadena de televisión norcoreana a la cobertura de la inauguración del nuevo parque de atracciones de Pyongyang. Es él. Es el mismísimo Kim Jong-un el que se subió a la atracción de feria que consiguió ponerlo patas arriba.

Pocas imágenes pueden avanzar mejor los cambios que se vaticinan en Corea del Norte como las tomadas durante la visita al parque temático. Kim aparece sonriente, cercano, dicharachero, y se le puede ver tocado por un sombrero de paja que perfectamente podría haber adquirido en Port Aventura. Incluso quienes lo saludan se quedan petrificados ante su amabilidad. Es el caso de un nadador que decide realizar infinidad de reverencias mientras Kim parece decirle «pero, hombre, relájate y cuéntame qué se siente al saltar desde ese trampolín tan alto».

En algunos momentos, el joven presidente incluso coquetea con lo cariñoso. No en vano, el miércoles el Gobierno eligió esta ocasión para dar a conocer al mundo el nuevo estado civil de su Líder Supremo, pese a que fuentes surcoreanas consideran posible que se casase en 2009. Aunque se rumorea que lo suyo puede ser un matrimonio concertado por su padre, Kim Jong-il, tanto las miradas de complicidad como el hecho de que ella le coja del brazo sonriente parecen dar a entender que Kim y su esposa, la cantante Ri Sol-ju, se gustan. Después de ver al nuevo dictador saludando y disfrutando de las atracciones del parque, y teniendo en cuenta que es un fanático de las comedias románticas y de Mickey Mouse -al que permitió aparecer junto a Minnie en un concierto celebrado el día 5-, se hace difícil pensar en él como el sucesor del sanguinario déspota que fue su padre.

Incluso su estética desentona con la muralla de uniformes marrones que le sigue a todas partes. Ha cambiado el sempiterno traje gris de su progenitor por otro negro, y luce un corte de pelo que roza lo atrevido. En definitiva, se hace evidente que todavía es un veinteañero.En las imágenes aparecen también representantes diplomáticos occidentales, con los que Kim parece hablar en tono distendido. No necesita intérpretes, porque se formó en Suiza.

Esa experiencia internacional puede ser finalmente lo que marque la diferencia y le empuje a llevar a cabo las reformas económicas que ha anunciado después de haber descabezado este mes el Ejército para aunar bajo su mando poder político y militar. A su lado, Ri también será de ayuda, ya que se ha demostrado que visitó hace años Corea del Sur, donde asistió al campeonato de atletismo de Asia. La esperanza en el cambio es tal que hasta Estados Unidos ha felicitado a Kim por su unión con Ri.