Ayuntamiento y vecinos, al rescate
La organización de los afectados por la salvaje huelga de los trabajadores de la limpieza pública en Cádiz ha conseguido minimizar sus graves efectos
Actualizado:La huelga del servicio municipal de limpieza que sufre Cádiz desde el primer minuto del pasado lunes amenaza con convertirse en un lastre que hunda las expectativas de la temporada turística, precisamente cuando más necesarios son los ingresos que produce en una zona sin apenas alternativas industriales ni productivas con las que sostener unos mínimos niveles de dignidad social. De forma sorprendente, sin embargo, los efectos de esta salvaje movilización, en la que los trabajadores no escatiman fórmulas para hacer presión, tienen hasta ahora unas consecuencias muy limitadas en la vida de la ciudad.
El inicio de la Gran Regata 2012, uno de los eventos más esperados del año, ha tenido unos niveles de asistencia y expectativas que apenas se recuerdan en las tres ediciones precedentes. Algo similar ocurre en el perfil playero de Extramuros. Buena parte de esa capacidad para amortiguar el traicionero golpe corresponde a vecinos y comerciantes que, de forma particular o en pequeños grupos, han decidido hacer lo que los trabajadores no quieren.
Son muchos ya los casos de residentes en una plaza o calle, u hosteleros de un pequeño entorno, que se las apañan para llevar una considerable cantidad de desperdicios a un punto de reciclaje.
Esos ciudadanos han iniciado el rescate de una ciudad secuestrada por los intereses particulares de un pequeño número de trabajadores. El Ayuntamiento puede redondear el trabajo en los próximos días y proceder a otro rescate, el administrativo, de la concesión del servicio para hacerse cargo de la limpieza pública o encomendársela a otra empresa.
Es una opción prevista en todo acuerdo y que podría darse. Sería la mejor opción para librar a la ciudad de un cautiverio que, si no es más molesto, es por el valor de los encerrados.