Corea del Norte ya tiene una primera dama

«En otro orden de cosas, el líder supremo de nuestro pueblo, el mariscal Kim Jong-un, ha acudido hoy a la ceremonia de fin de obra del parque de atracciones de Rungna acompañado de su mujer, la camarada Ri Sol-ju. Han sido agasajados con un caluroso recibimiento y han disfrutado viendo a los delfines hacer acrobacias con una alegre música». La noticia no tendría la más mínima relevancia si no fuese porque, hasta pronunciarse la primera frase en la radio estatal de Corea del Norte, nadie sabía que Kim Jong-un estuviese casado.

Sí, así, como quien no quiere la cosa, el régimen del país más hermético del planeta confirmó ayer que eran totalmente fundados los rumores sobre la relación sentimental que el tercero de la dinastía comunista de los Kim mantiene con la misteriosa mujer de negro que apareció a su lado durante un concierto en Pyongyang el día 5, y que lo acompañó tres días después en la visita al mausoleo de su abuelo y fundador de la patria, Kim Il-sung.

Algunos especularon en un primer momento con la posibilidad de que fuese su hermana pequeña, Kim Yo-jong. Pero su presencia el martes en la inspección que el joven Kim llevó a cabo en una guardería, con el resto de mandatarios guardando una distancia prudencial detrás de la pareja, fue lo que se consideró como la ratificación de la unión. Eso sí, hasta ayer, para muchos analistas políticos la mujer no era Ri Sol-ju sino Hyon Song-wol, una cantante de música pop con la que hace una década Kim Jong-un mantuvo un romance, a pesar de que había estado casada con un militar y que era madre de un hijo. Demasiado escandaloso, debió de pensar el padre del actual líder, Kim Jong-il, que le prohibió entonces volver a tener contacto con ella.

Zanjar rumores

Cuando la misteriosa mujer apareció en el concierto con el que Kim también anonadó al mundo al dejar que Mickey y Minnie Mouse se pasearan por el escenario, muchos dieron por hecho que, tras la muerte del progenitor, su hijo había retomado la relación en una muestra de rebeldía. Así que, quizá el velado anuncio de ayer tuviera como objetivo zanjar los rumores. Pero el misterio continúa.

Porque no se ha hecho público cuándo se celebró el matrimonio, aunque parece evidente que se llevó a cabo tras los preceptivos meses de duelo por la muerte de Kim Jong-il, posiblemente en mayo o junio. Y de Ri Sol-ju solo se sabe con certeza su nombre. De hecho, ni siquiera está claro si fue ayer cuando visitaron el parque, porque se han difundido unas fotografías del evento fechadas el miércoles. Como de costumbre, el régimen deja amplio margen para la especulación. Y cobra fuerza la teoría de que Ri es otra cantante veinteañera. De hecho, anoche las redes sociales ya hervían con vídeos en los que una radiante Ri Sol-Ju entona canciones patrióticas en galas de la televisión oficial KCNA. Sin embargo, los analistas políticos surcoreanos prefieren ejercer cautela y esperar a tener más información sobre la identidad y el pasado de la ya primera dama norcoreana. Sin duda, la sorpresa está asegurada.

Lo que evidencian todos estos acontecimientos, que han convertido al mes de julio en uno de los más interesantes de la historia reciente de Corea del Norte, es que Kim Jong-un está imprimiendo un nuevo rumbo al país. Y se nota también en los detalles. No es habitual que los presidentes coreanos, tampoco en la hermana sureña, aparezcan acompañados de sus esposas. Y en el caso de Ri es relevante la vestimenta que escoge siempre que le apuntan las cámaras: son diseños de corte occidental y no el tradicional atuendo coreano.

Kim estudió en Suiza y es posible que sea más proclive a impulsar la profunda transformación que requiere el país. Sin duda, nunca desde que el norte abrazó el comunismo se ha visto a su líder tan cercano y afable. No duda en abrazar a soldados y a niños, y en las fotografías en las que aparece acompañado de Ri aparece risueño y distendido. Además, parece haberle cogido el gusto a hablar en público, algo que su padre solo hizo una vez en su vida.

Reformas económicas

Pero la confirmación de su matrimonio llega en un momento convulso, justo después de que haya descabezado el Ejército. El día 14 destituyó a su jefe de Estado, Ri Yong-ho, por oponerse a las reformas económicas que podría estar diseñando ya para seguir la senda de la apertura china, y cuatro días después se aupó al puesto de mariscal.

Así, Kim, que no ha cumplido la treintena, controla tanto el poder político como el militar, y queda en la única posición que le permitiría acabar con la política de 'los militares primero' que diseñó su padre. Además, también ha anunciado su intención de «revisar por completo el programa nuclear».

De momento, según afirmó ayer el diario surcoreano Chosun Ilbo, la reforma agrícola ya ha comenzado. Las colectividades que trabajan la tierra han reducido su tamaño a la mitad, algo con lo que se pretende hacerlas más productivas, y se da mayor libertad a los campesinos para que vendan parte de la cosecha en el mercado.

Hasta ahora, cada comunidad recibía un objetivo de producción, y solo se permitía comerciar con el excedente. Pero como nunca se alcanzaba la meta, los agricultores morían de hambre. Ahora solo se les exigirá que cedan un porcentaje de lo cosechado al Estado norcoreano.