La Generalitat llama a fotografiar con el móvil el lanzamiento de colillas
Un nuevo foco en La Junquera impide controlar el fuego, que ya ha afectado a cerca de 14.000 hectáreas
BARCELONA.Actualizado:La Generalitat catalana lanzó ayer una llamada a la ciudadanía para que colabore en la detención de los responsables de los dos incendios forestales del alto Ampurdán gerundense, que se han cobrado la vida de cuatro personas, todas ellas de nacionalidad francesa. Lo que la Consejería de Interior reclama a la población es que denuncie las conductas imprudentes. ¿Cómo? Fotografiando con sus teléfonos móviles las matrículas de los coches cuyos ocupantes tiran colillas por las ventanillas y luego las envíen a la Policía. «No quiero convertir Cataluña en un Estado policial, pero me parece que la tecnología ha avanzado lo suficiente como para que las fotos que podemos hacer con nuestro teléfono sirvan para enviar a las autoridades la matrícula de un coche desde el que se ha tirado una colilla», afirmó el consejero Felip Puig. «La colaboración puede ser un estímulo para erradicar este comportamiento», dijo.
Al margen de la ayuda que la Policía catalana pueda recibir de la ciudadanía, Puig aseguró que su departamento hará «todo lo posible», pese a la dificultad que entraña, para identificar a los responsables de los incendios. En este «todo lo posible» entra el análisis del ADN de las colillas que los Mossos d'Esquadra han recogido en los puntos donde se cree que se desataron los fuegos. El incendio de La Junquera se originó en un aparcamiento para camiones en el paso de Pertús, en Francia, donde se han hallado cientos de colillas, mientras que el de Portbou nació a un costado de la carretera N-260, por un cigarro lanzado desde un coche. A pesar de que Puig reconoció la complejidad para a atrapar a los causantes, recordó que recientemente pudieron detener al autor del incendio de Rasquera (Tarragona), que quemó 3.000 hectáreas en mayo.
Mientras, en Figueras, el Juzgado de Instrucción número 6 abrió ayer dos investigaciones, una por el incendio de Portbou, donde también se incluye la muerte de un padre y su hija, y otra diligencia por el de La Junquera, en la que también se investiga la muerte de un hombre. La cuarta víctima mortal, que perdió la vida como consecuencia de un infarto, no fue incluida en las diligencias judiciales. Sobre el resto de las víctimas, dos de los ocho heridos que permanecían ingresados fueron dados de alta ayer, entre ellos una joven de 18 años, hija y hermana del hombre y la menor que murieron al saltar desde un acantilado. La madre de la joven y su otro hermano, de 9 años, siguen ingresados en la UCI. Otro de los heridos, hospitalizado en la unidad de quemados del Hospital Vall d'Hebron, se encuentra en estado crítico.
Optimismo
Por lo que respecta a la situación del incendio de La Junquera (el de Portbou está controlado desde el domingo), al cierre de esta edición seguía sin control, aunque los servicios de extinción eran optimistas. «Las condiciones climatológicas han permitido trabajar muy bien, la situación está razonablemente estable y si no fuera por este punto de riesgo que en estos momentos requiere la concentración de casi todos los medios aéreos disponibles, podríamos estar en fase de control», afirmó Puig. Ese punto al que se refería el consejero era un foco entre Terrades y Boadella d'Empordà, al sur del pantano de Boadella, que se reavivó por la tarde y complicó las tareas de extinción. El resto de las zonas más conflictivas, en los términos de Agullana, Vajol, Terrades, Cistella, Avinyonet de Puigventós y Cantallops, empezaban a estar «relativamente estables y controladas». El fuego ha dañado 14.000 hectáreas y la zona quemada asciende a a unas 10.000. Localidades como Biure, Boadella y Capmany, en Gerona, presentan más del 90% de sus términos municipales afectados.