Ordóñez acusa a Rajoy de «hundir la confianza en España»
El exgobernador considera «un error» la salida de Rato de Bankia, aunque quería que dejara el poder ejecutivo a un gestor
MADRID.Actualizado:Se fue un mes antes de cumplir el plazo de su mandato y diciendo que el Gobierno le había pedido que callara. Pero ayer, el exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez acudió al Congreso con ganas de justificar su actuación y responsabilizó al Gobierno de Mariano Rajoy de provocar el «hundimiento de la confianza en España y en su sistema financiero, llegando a niveles inimaginables hace siete meses».
Más delgado que hace unos meses, lanzó un duro golpe al Ejecutivo recordando que, hasta finales de 2011, los indicadores de confianza en España y en su sistema bancario se mantuvieron «en unos niveles alejados de la amenaza del rescate». Durante su intervención en la Comisión de Economía del Congreso dentro de la ronda de comparecencias para analizar la crisis financiera, Fernández Ordóñez destacó que ahora España está en el grupo de los tres países con peores primas de riesgo, junto con Grecia y Portugal. «Estamos peor que Irlanda, un país rescatado», dijo el exgobernador.
Le replicó el portavoz del grupo popular, Vicente Martínez Pujalte, advirtiéndole de que no había ido allí para hacer un debate sobre la coyuntura económica. «Usted está aquí porque era el supervisor del sistema financiero», dijo.
Así que el exgobernador aprovechó la entrada que le brindaba el portavoz popular y opinó del sistema financiero. También aquí quiso dejar en evidencia al Gobierno. Afirmó que era «un error» que Rodrigo Rato se hubiera ido de Bankia porque se trata de una «personalidad internacional» y que él no estuvo «a favor de cesarle». El exgobernador llegó a decir que con su plan no hubiera sido necesario meter tanto dinero público en Bankia. Pero también admitió que no quería que Rato tuviera poder ejecutivo sino un gestor profesional como José Ignacio Goirigolzarri. «Tengo el mayor de mis respetos por el señor Rato», comentó Fernández Ordóñez, aunque valoró negativamente que no se fusionara con La Caixa y censuró su política económica como vicepresidente del Gobierno de Aznar.
Fernández Ordóñez admitió que cree «poco en la autocrítica». Y aunque reconoció errores de las autoridades, reguladores y supervisores, acabó señalando que «las cosas han ido bien cuando se ha aceptado el asesoramiento del Banco de España». Se quejó de no haber podido ir más rápido en la reestructuración porque las comunidades autónomas tenían capacidad de vetar fusiones entre cajas. Entre las medidas macroprudenciales que deberían haberse adoptado, a su juicio, está la reducción del 'loan to value', es decir, la relación entre el préstamo y el valor del activo que se ofrece en garantía. Esto es, que en lugar de conceder un préstamo por el 80% del valor del piso, se diera un porcentaje menor, lo que hubiera ayudado a enfriar la burbuja.
El exgobernador recriminó que se busquen «chivos expiatorios» a los que responsabilizar de la crisis financiera porque eso mina todavía más la confianza en las instituciones. En lugar de eso, abogó por «recomponer el diálogo y el consenso». «La actual situación española es tan delicada que no es capaz de soportar las tensiones habituales políticas», señaló. «El mejor banco del mundo puede quebrar en horas si sus clientes y demás acreedores pierden la confianza en el mismo. Y recuperar la confianza es mucho más importante en el caso de España porque es un gran deudor», argumentó Fernández Ordóñez para justificar su llamamiento al diálogo.
Campa y el «atractivo»
El exsecretario de Estado de Economía José Manuel Campa inauguró la ronda de comparecencias en el Congreso justificando las decisiones que se tomaron durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Dijo que el problema financiero no era de «naturaleza sistémica» sino que requería solo acciones sobre entidades concretas. Insistió en que el diagnóstico y la dirección de la reestructuración financiera eran correctos y reclamó que no se juzgue el éxito o fracaso de las decisiones adoptadas por la situación de entidades concretas -no aludió a Bankia- sino por el sector en su conjunto. Campa aseguró que el ajuste «debe continuar» incluso «usando más recursos públicos». Defendió la salida a Bolsa de Bankia, al considerar que era un «proyecto atractivo», y resaltó que contribuyó a rebajar la prima de riesgo española mientras la de los países «vulnerables» subía.
A la escasa autocrítica de Campa contestó el portavoz de Izquierda Plural, Joan Coscubiela, que ironizó: «¿Cómo es posible que habiéndolo hecho todo bien durante cuatro años, la situación sea tan desastrosa?». Coscubiela señaló que los gobiernos han menospreciado la gravedad y el carácter sistémico de la crisis financiera. Josep Sánchez Llibre, portavoz de CiU, recriminó que no hubiera creado un banco malo entonces, como propuso su grupo.