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Varios corredores observan la cotización de la Bolsa de Madrid. :: REUTERS
Economia

Los mercados estrangulan a España bajo la sombra del rescate

De Guindos logra el apoyo de su homólogo alemán con la prima de riesgo en máximos históricos y la Bolsa hundida

JORGE MURCIA
MADRID.Actualizado:

Los argumentos que hacen pensar en un rescate inminente de la economía española se acumulan al paso de los días, incluso las horas. A tal punto ha llegado la cosa que solo queda esperar algún indicio que apunte en sentido contrario y ayer, desde luego, no se vio ninguno. Los mercados, irracionales o no, tienen agarrada del cuello a España: la Bolsa se hunde, la prima de riesgo asciende a ritmo de récord diario, el Tesoro emite letras a tres y seis meses a intereses demasiado altos...

Y a todo esto, el ministro de Economía, Luis de Guindos, comienza a 'hacer ronda' con algunos de sus homólogos europeos, en un último intento por conseguir apoyos para rebajar la tensión de los mercados.

A última hora de ayer se reunió con el ministro alemán de Finanzas y hoy lo hará con el francés. De Guindos arrancó de Wolfgang Schaüble una declaración conjunta en la que se loa el plan de ajustes del Gobierno de Rajoy y se insta a «la construcción integral de una unión bancaria efectiva junto a una supervisión bancaria europea única». Además, se reconoce que la presión de los mercados «no se corresponde con los fundamentales de la economía española, su potencial de crecimiento y la sostenibilidad de la deuda pública».

Al tiempo que el Gobierno del Partido Popular reclama de forma casi desesperada -en público o en privado- la intervención del Banco Central Europeo (BCE) para poner freno al acoso de los mercados, algunos de sus portavoces se esfuerzan por transmitir un mensaje de tranquilidad. «Todas las noticias que recibo yo son una llamada a la serenidad», aseguró ayer el portavoz de los populares en el Congreso, Alfonso Alonso. Lo cierto es que las señales, al menos las que mandan los mercados, no pueden ser más nefastas.

El día comenzó con la emisión de letras a tres y seis meses. El Tesoro cubrió el máximo previsto. Aspiraba a colocar entre 2.000 y 3.000 millones de euros en emisiones a tres y seis meses, y finalmente logró emitir 3.048. Pero a costa de ofrecer los intereses más altos desde el pasado mes de noviembre. Las letras con vencimiento a tres meses se colocaron por valor de 1.628 millones con un 2,65% de rentabilidad, frente al 2,50% anterior. Las de seis meses (1.420 millones adjudicados) se vendieron al 3,95% (3,36% en la anterior).

Peor comportamiento tuvo la prima de riesgo, que por quinta jornada consecutiva cerró sesión bursátil en cifra récord. El lunes lo hacía en 632 y aunque ayer inició el día con una cierta relajación (ha bajado a 627), pocas horas después comenzaba su escalada alcista, empujada por las malas noticias que llegaban dese las autonomías. El anuncio de que Cataluña pedía el rescate siguiendo la estela de la Comunidad Valenciana y de Murcia encendió la luz roja de los mercados, que ya no creen que con semejante lastre el Estado sea capaz de hacer frente a sus obligaciones financieras. Al término de la jornada bursátil, los inversores exigían en el mercado secundario una rentabilidad a los bonos españoles a diez años del 7,62%.

La Bolsa siguió una evolución más o menos en paralelo. Tras cerrar dos jornadas con importantes descensos, ayer abría en positivo, para terminar despeñándose. El batacazo fue de los que dejan huella. El Ibex-35 perdió 221 puntos (-3,58%) para romper el suelo de los 6.000 (5.956). Hacía más de nueve años (desde abril de 2003) que el índice selectivo no caía por debajo de esa cifra.

Ambiente inflamable

El panorama es muy parecido al que presentaban algunos de los países europeos rescatados. Cuando Irlanda pidió el auxilio europeo su prima de riesgo rondaba los 660 puntos, con un interés del bono a diez años superior al 8%; Grecia sacó bandera blanca con el riesgo país en 559 puntos (con una rentabilidad del 8,80%); y Portugal solicitó el rescate con la prima de riesgo en niveles bastante más bajos que la española, aunque con una rentabilidad de los títulos a diez años cercana al 8,7%. En este ambiente altamente inflamable, analistas y medios extranjeros daban por hecho que España será rescatada más o menos pronto. En nuestro país, algunos políticos españoles tampoco dudan sobre el futuro más inmediato que le aguarda al país. El exministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla augura que España será rescatada «en octubre».

El Ejecutivo que preside Rajoy ha intensificado en las últimas horas su actividad diplomática para tratar de conseguir un cambio de actitud del Banco Central Europeo (BCE), reticente a comprar deuda soberana de los países en apuros. Pero también para obtener el respaldo de los principales socios europeos a su política de reformas. Lo ha conseguido con Alemania, que elogia «los importantes pasos para volver a situar a la economía en el buen camino», según reza la declaración conjunta de De Guindos y Schäuble. El titular de Economía proseguirá su ronda de consultas hoy, cuando mantendrá un encuentro con su homólogo francés Pierre Moscovici.

España ha encontrado un punto de apoyo en el Gobierno galo. El ministro de Asuntos Exteriores galo, Laurent Fabius, reclamó también la actuación del BCE, y expresó su deseo que «no sea necesario intervenir de nuevo». «Si hay que hacerlo -dijo Fabius en declaraciones a la cadena de televisión France 2-, puede ser con un aumento de lo que denominamos los cortafuegos o con intervenciones del BCE».