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MUNDO

El tercer veto de Rusia y China impide nuevas sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU

JUAN PABLO NÓBREGA
NUEVA YORK.Actualizado:

Como en los mejores tiempos de la Guerra Fría, Rusia y China mostraron ayer en el Consejo de Seguridad de la ONU que sus intereses estratégicos están muy por encima del escenario de confrontación civil que consume a Siria. Su veto a una nueva propuesta de resolución -la tercera- de los países occidentales para redoblar la presión sobre Bashar el-Asad manda a la papelera un paquete de duras sanciones ideado para frenar la escalada de violencia en esta horas críticas para el régimen. De los quince miembros del Consejo, Pakistán y Sudáfrica se abstuvieron, mientras los once restantes se pronunciaron a favor de la medida.

Aunque el resultado era más que previsible, el embajador de Francia ante Naciones Unidas, Gérard Araud, sintetizó de manera clara la frustración de los diplomáticos por tantos meses de negociaciones infructuosas. «Estoy muy triste porque la situación continúa agravándose. Cuando la violencia se cobró los primeros 3.000 muertos llegó el primer veto. Con 7.000 se produjo el siguiente 'no'. Y ahora que las cifras sobrepasan las 17.000 víctimas mortales, tenemos un tercer veto».

En Washington crece la sensación de que las horas de la familia que ha dirigido los destinos del país árabe en los últimos 42 años están contadas. Según 'The New York Times', la Administración Obama ha puesto en marcha planes de contingencia por si, ante ese colapso, el líder sirio decide usar su temible arsenal de armas químicas contra las fuerzas de la oposición y la población civil. En ese contexto se entiende la reciente visita a Israel de Thomas Donilon, uno de los asesores de Seguridad Nacional del presidente, para estudiar la situación con los líderes hebreos. El Pentágono no oculta que, entre las opciones barajadas, Tel Aviv podría destruir de instalaciones militares sirias.

Horas antes de la reunión del Consejo de Seguridad, Obama llamó a su homólogo ruso, Vladímir Putin, para pedirle que facilite la caída de El-Asad, revela el rotativo neoyorquino. Un comunicado posterior de la Casa Blanca señala que ambos dirigentes son conscientes de la grave confrontación y «están de acuerdo en la necesidad de apoyar, tan pronto como sea posible, una transición política que satisfaga nuestra meta compartida de terminar con la violencia y evitar un deterioro aún mayor de la situación».