Rajoy se quedó en la Moncloa y no asistió al debate

Mariano Rajoy prefirió no asistir al debate en el Congreso sobre sus recortes para ahorrar 65.000 millones de euros y optó por quedarse en su despacho del palacio de la Moncloa. Una actitud que mereció un duro reproche del líder de la oposición, pero también de otros portavoces parlamentarios, que subrayaron que la ausencia era una muestra del desprecio al Parlamento del presidente del Gobierno en una jornada muy delicada y en un debate de gran dureza dialéctica. No en vano se discutía el mayor recorte del gasto de la democracia.

En la agenda oficial del Gobierno el presidente no tenía prevista actividad alguna. Fuentes gubernamentales explicaron que el jefe del Ejecutivo mantuvo varias reuniones con sus colaboradores en la sede de la Presidencia del Gobierno y recibió al presidente de Siemens Internacional, mientras en el Parlamento se celebraba el debate más duro de esta legislatura.

Fuentes gubernamentales negaron que Rajoy se haya escondido y recordaron que «dio la cara» en el momento más difícil, el de la presentación de los recortes.

El jefe del Ejecutivo llegó al Congreso tres cuartos de hora antes de la votación, pero en vez sentarse en su escaño del hemiciclo para asistir a la parte final de las intervenciones de los portavoces se recluyó en el despacho que tiene en la Cámara, del que solo salió apenas un par de minutos antes de la votación. En los escasos metros que hay desde las instalaciones del Gobierno en el Congreso al salón de plenos fue asediado por una nube de informadores y cámaras, pero se mantuvo en silencio. Solo dijo que observaba «con tranquilidad» la preocupante evolución de los mercados internacionales respecto a las necesidades de financiación de España.

Liberado del acoso informativo, Rajoy entró, votó y salió a los pocos minutos sin hacer ningún comentario más.