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La sede del HSBC asoma entre dos edificios en Londres. :: EFE
MUNDO

El Senado de EE UU implica al HSBC en operaciones de lavado de dinero

El banco británico reconoce su error y reacciona pidiendo perdón y forzando la dimisión de un alto ejecutivo

JUAN PABLO NÓBREGA
NUEVA YORK.Actualizado:

Entre los gigantes de las finanzas que mejor supieron capear los efectos de la crisis financiera desatada por Lehman Brothers hace cuatro años, pocos han gozado de tan buena salud como el banco británico HSBC, todo un paradigma en el arte de saber crecer y expandirse allí donde otras compañías padecían para mantenerse a flote. Con un crecimiento espectacular desde que fue fundado en Hong Kong en 1991, parte de su éxito radica en su habilidad para no hacerle ascos a ningún tipo de negocio, incluida, como ha demostrado ahora el Senado de EE UU, una larga lista de transacciones ilegales con poderosos cárteles mexicanos de tráfico de drogas, bancos de Arabia Saudí necesitados de millones dólares pese a sus conexiones con el terrorismo islamista o entidades iraníes que buscaban eludir las sanciones impuestas a Teherán por el Gobierno estadounidense.

Semejantes revelaciones forzaron ayer la dimisión del jefe del departamento de control del banco británico, David Bagley. «He indicado al grupo que es el momento adecuado de que alguien nuevo sirva como jefe de control», indicó el ejecutivo, quien señaló que ha acordado trabajar con la entidad para que haya una «transición ordenada».

El informe oficial presentado por el Senado, de 335 páginas, es tan contundente que la cúpula directiva de la segunda corporación bancaria mundial se había apresurado el lunes a pedir perdón por haber servido como vehículo de importantes operaciones de lavado de dinero a lo largo de una década. Toda una eternidad si se considera que desde el 11 de septiembre de 2001 Washington había redoblado la vigilancia de las transacciones con el exterior a través de la Oficina de Control de Divisas. Sus responsables también han sido fuertemente amonestados aunque de momento no se han producido dimisiones.

Consternación

«Los bancos que ignoran las reglas del lavado de dinero son un gran problema para nuestro país», señaló Carl Levin, el demócrata que preside el subcomité del Senado que durante un año supervisó la investigación. Aunque no nombró otras entidades, sus palabras evocan el caso, recientemente destapado, de narcotraficantes mexicanos que se sirvieron de cuentas corrientes en Bank of America para introducir en Estados Unidos sumas millonarias procedentes del negocio de la droga.

En lo que afecta al HSBC, las autoridades norteamericanas hablan de unos 60.000 millones de dólares (unos 48.800 millones de euros) en transferencias y actividades en cuentas bancarias potencialmente ilegales. Solo en México, la filial mexicana de la compañía pudo lavar vía EE UU hasta 5.700 millones de euros de las actividades de los cárteles locales entre 2007 y 2008.

Levin dejó constancia de su consternación en un comunicado oficial. En él aseguraba que «en la era del terrorismo internacional, de la violencia vinculada a la droga en nuestras calles y en nuestras fronteras, del crimen organizado, detener el flujo de dinero que apoya esos horrores es una prioridad para la seguridad nacional».