Norcorea: el partido y el fusil
Kim Jong-un se convierte en mariscal solo un día después del cese del jefe de la cúpula militar
Actualizado: GuardarProbablemente lo sucedido en los dos últimos días en Corea del Norte se acomoda a la previsión de Mao Tse-tung, quien estatuyó de una vez por todas que "el partido manda sobre el fusil". Hace unas horas hora que el líder norcoreano, Kim Jong-un, ha sido promovido a la condición – única – de "mariscal de las fuerzas armadas"… solo un día después del cese del jefe de la cúpula militar, el vicemariscal Ri Jong-ho.
Es difícil saber si el fulminante e inesperado cese por enfermedad de un hombre que parecía gozar horas antes de excelente salud, debe relacionarse con un ensayo de aperturismo político, pero la saludable costumbre de remitirse en estos asuntos a la opinión de los especialistas de Corea del Sur, no permite darlo por probable y los dos episodios son insertados claramente en la lucha de clanes, en el partido y las fuerzas armadas, por el control material del régimen.
De hecho, lo sucedido debe relacionarse no con la muerte en diciembre pasado de Kim Jong-il, hijo del fundador del régimen y “presidente eterno” Kim Il-sung, sino con su embolia cerebral de 2008, cuando él, semi-recuperado, recurrió a la estructura familiar para consolidar la dinastía y entregó la misión a su hermana Kim Kyong-hui y al marido de ésta. Es decir, son los tíos del ahora presidente, elegido por el padre tras consulta familiar y entre varios hermanos, quienes habrían organizado la destitución del vicemariscal y hombre fuerte del ejército.
Sin cambios a la vista
En primer lugar, dicen los analistas surcoreanos, supieron promover a militares emergentes para puestos de relieve en el Partido de los Trabajadores para crear una base mixta civil-militar que permitiera dar el gran golpe, porque de eso se trata, de un golpe interno en el serrallo del régimen, y cesar a Ri Jong-ho para poner en su lugar a Hyon Yong-chol, desconocido para el público y ascendido de golpe a vicemariscal.
Es decir, la familia parece haber conseguido los apoyos para garantizarse el control y la fidelidad de las fuerzas armadas y, al mismo tiempo, ha consagrado al presidente, de 27 o 28 años, como el líder absoluto. De hecho, ya había asumido en abril la presidencia de la Comisión Militar del Partido, tal y como hacen los colegas chinos, que suman siempre la función a la secretaría general del PC para aplicar el principio de Mao.
¿Es un indicio de liberalización política, apuntado en cierto relajamiento en materia de costumbres que sugieren un respiro en medio de la disciplina social espartana? No es seguro ni siquiera probable. En febrero, y por sorpresa, se anunció en Pyongyang un acuerdo con Occidente para congelar su programa nuclear contra una masiva asistencia económica y de alimentos… Washington lo recibió con placer, pero recomendó calma. Y atinó: volvió la tensión con el Sur y dos ensayos con cohetes, uno de ellos, fallido, con un misil intercontinental que acabó con la breve expectación.
Lo de ahora remite a la prudencia y exige esperar, particularmente sobre la decisión de volver o no y de buena fe a la negociación multilateral ('foro de Pekín') sobre el programa atómico.