Militantes opositores tratan de bloquear una calle en el barrio de Al Tadamun, en la capital siria. :: AFP
MUNDO

La oposición planta cara en Damasco

El reforzamiento de las milicias obliga al Ejército sirio a desplegar blindados en zonas cercanas al centro urbano

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Damasco contiene la respiración. La oposición parece estar mejor armada que nunca y planta cara al Ejército desde hace meses en feudos tradicionales de su extrarradio como Duma, Arbin o Saqba, pero también, desde el domingo, en otros donde hasta ahora se habían registrado protestas, pero no actividad armada, como Midan o Al Tadamun. La revuelta contra Bashar el-Asad ha ido subiendo de tono en los últimos 17 meses hasta convertirse en «guerra civil», según la Cruz Roja Internacional (CICR), y ambos bandos saben que el éxito final depende del control de la capital, que sigue en manos de las tropas leales al régimen y el resto de cuerpos de seguridad.

Vecinos consultados por teléfono y Skype describen la situación como «tensa» aunque aseguran que continúan con «una vida lo más normal posible, te puedes seguir tomando una cerveza en la Ciudad Vieja cada noche mientras escuchas los combates», asegura el expropietario de un conocido restaurante antes frecuentado por primeras figuras de la política mundial, que compara la situación con «muchas escenas que viví en Beirut durante los ochenta». Las operaciones militares que antes duraban una noche ahora se alargan durante días debido al reforzamiento de las milicias opositoras, lo que ha llevado al Ejército a desplegar por primera vez hombres y blindados en zonas muy próximas al centro urbano. Como en otras ciudades del país, en Damasco «ya nos estamos acostumbrando a convivir con el sonido de disparos y explosiones», afirma la responsable de una agencia de viajes que ha decidido enviar a sus hijos a Líbano.

Miedo y confusión

El miedo por las explosiones aumenta con la confusión generada por los medios. A diferencia de otras revueltas, en la de Siria el régimen no ha cortado Internet y los vecinos de la capital tienen acceso a todos los canales vía satélite. «Grandes medios como Al-Yasira o Al-Arabiya exageran la realidad, mientras que los oficiales apenas se hacen eco de unos hechos que están ocurriendo a las puertas de Damasco, por lo que la gente no sabe qué pensar», declaran algunos vecinos consultados, que cada vez viven «más al día, contando las horas para que acabe esta pesadilla y se ponga punto final a la violencia».

La sensación de que Siria es el tablero donde las potencias extranjeras dirimen sus diferencias aumenta con el paso de los días. La ONU, cuyo mandato concluye este fin de semana, denuncia que «la gente que hace dos meses sobrellevaba una situación de emergencia ahora ya no puede más, y como la inseguridad no cesa sino que aumenta, las necesidades crecen exponencialmente», según el director general de operaciones de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), John Ging. «La situación se está deteriorando día a día, por lo que el aumento de nuestra presencia no cierra la brecha entre las necesidades y la ayuda aportada», aseguró Ging.

Los avisos de CICR y ONU no son suficientes para que la comunidad internacional llegue a un consenso. El plan de paz de Kofi Annan sigue siendo papel mojado y no se respeta el alto el fuego. El enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe se reunió con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, quien le repitió que Moscú vetará todo proyecto de resolución del Consejo de Seguridad que contradiga los acuerdos de Ginebra.

Por otra parte, la presión internacional sobre Damasco crece y el aislamiento diplomático es una herramienta más. Siria declaró «persona non grata» al embajador de Marruecos, poco después de que Rabat pidiera al representante diplomático sirio que abandonase su territorio. Una medida que corta posibles puentes para una solución dialogada cada día más complicada.