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MUNDO

EE UU despliega los primeros 'drones' submarinos en el golfo Pérsico

Los sumergibles no tripulados tienen como objetivo detectar minas colocadas por Irán en el estrecho de Ormuz

M. AYESTARAN
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La Marina de Estados Unidos ha desplegado decenas de submarinos no tripulados (AUV, sus siglas en inglés) en las aguas del golfo Pérsico. Estos sumergibles equipados con cámaras de última generación tienen como misión principal detectar minas en el estrecho de Ormuz, paso por el que circula en buques un tercio del petróleo que se consume en el mundo y que Irán amenaza con cerrar como respuesta a las sanciones impuestas por la comunidad internacional contra su programa nuclear.

El diario 'Los Angeles Times' asegura que el Ejército norteamericano adquirió en mayo estos aparatos, modelo 'SeaFox', tras la «petición urgente» del jefe de su comando central, el general James Mattis. Estados Unidos ha reforzado su presencia en la zona desde comienzos de año, cuando Bruselas decidió unirse a Washington en el embargo al petróleo iraní. Se trata de un movimiento preventivo ante la posibilidad de que Teherán cumpla su amenaza de bloquear Ormuz, lo que dispararía el precio del crudo.

A pesar de los ejercicios navales iraníes y la prueba de nuevos misiles, el Pentágono considera las minas como la gran amenaza y por eso ha adquirido estos AUV fabricados por la empresa alemana Atlas Elektronik, que ya se emplearon durante el bloqueo naval a Libia del pasado verano. 'The New York Times' adelantó a comienzos de mes que «la Marina de Estados Unidos ha duplicado el número de dragaminas asignados a la zona, hasta ocho navíos». Los americanos han llevado además hasta el golfo su primera base de operaciones flotante, un transporte anfibio reconvertido y un barco de atraque bautizado como 'Ponce', que podría albergar a fuerzas de operaciones especiales. El refuerzo militar incluye también un aumento de aviones de combate F-22 y F-15C en dos bases de la zona.

Después de tres décadas soportando diferentes embargos, ha sido el del petróleo el que de verdad ha hecho daño a la república islámica, que ve cómo sus ingresos se hunden con la caída de sus ventas de crudo en un 40%, según los datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), y por ello lo consideran una especie de declaración de guerra. El objetivo de la medida es que los iraníes detengan su programa nuclear y de momento han logrado que vuelvan a la mesa de diálogo. Además, ya han surgido voces internas, como la del ex ministro de Interior, Abdulá Nuri, que reclaman un referéndum sobre el uso de la energía atómica.

«El daño y los problemas causados por el programa nuclear están fuera de control, las autoridades deberían buscar una salida cuanto antes por el bien del interés nacional», declaró Nuri, después de que la web de la cadena Irin publicara que el 60% de la ciudadanía apoya la suspensión temporal del enriquecimiento de uranio.