Mursi despeja los miedos saudíes
EL CAIRO.Actualizado:Hace año y medio, la monarquía saudí movía todos los hilos posibles para evitar la derrota de Hosni Mubarak, uno de sus más fieles aliados en la región. Ayer, con el mapa político en plena transición, Arabia Saudí recibía la visita oficial de Mohamed Mursi, el primer fruto tangible de esa revolución egipcia que los Al-Saud intentaron evitar a toda costa y, para más inri, dirigente hasta hace apenas dos semanas de los Hermanos Musulmanes, cuyo auge en la región es contemplado con alarma desde Riad.
La elección de Arabia Saudí como destino no es aleatoria, sino que está llena de claves para entender el aplastante pragmatismo de la cofradía. Para el nuevo mandatario, la economía, cercenada tras meses de inestabilidad, es una prioridad impepinable, y Riad ha sido un donante generoso. Además, la visita al reino wahabí aplaca las inquietudes del Ejército egipcio, que tiene en Arabia Saudí un importante apoyo, y los miedos de los propios saudíes, a los que preocupa que Mursi descongele las relaciones con Irán, su principal rival en la región. Mursi se reunirá con el rey Abdulá bin Abdelaziz y aprovechará el viaje para realizar la Omra, la peregrinación menor a La Meca.
Desde la revolución, y mientras El Cairo aún negocia un préstamo del Fondo Monetario Internacional, Arabia Saudí ha sido el único país que ha ofrecido ayuda económica a Egipto, que se traducen en 815 millones de euros como garantía para el Banco Central Egipcio, además de otros 407 millones de ayuda económica general y 204 para exportaciones de gas natural.
Egipto necesita crear empleo y atraer inversiones y la economía parece haber sido una razón de suficiente peso como para que Mursi se permita salir del país en plena crisis política por la disolución del Parlamento. La Presidencia dio una muestra de querer suavizar el contencioso con la justicia y los militares y aseguró en un comunicado que acatará la decisión del Constitucional de desmantelar la Cámara de Representantes porque Egipto es «un Estado de derecho». La oficina de Mursi ha dicho, no obstante, que consultará con las fuerzas políticas, las instituciones y la justicia para buscar «el mejor camino para salir de esta situación». El Tribunal Constitucional había suspendido la noche anterior el decreto presidencial de reagrupar el parlamento, disuelto previamente por la junta militar.
En las relaciones con Arabia Saudí, sin embargo, la política es tan importante como la economía. Ambos países han mantenido varios desencuentros en el último año, y Riad llegó incluso a retirar brevemente a su embajador en El Cairo después de una agria disputa por el arresto de un abogado egipcio en el país arábigo.