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El Gobierno pide al Rey que presida el Consejo el día del gran ajuste
El PSOE sospecha que el presidente del Ejecutivo busca diluir así su responsabilidad y compartir la carga
MADRID. Actualizado: GuardarEl Gobierno ha querido que el Rey presida un Consejo de Ministros deliberante justo en el día en el que tiene pensado adoptar una batería de medidas tan drásticas como, presumiblemente, impopulares. La reunión tendrá lugar en la Zarzuela a primera hora de la mañana del viernes y después Mariano Rajoy y el Ejecutivo se desplazarán al palacio de la Moncloa para aprobar, entre otras cuestiones, la reforma de la administración local, revisar el IVA al alza y tocar las prestaciones por desempleo.
La relevancia de la fecha escogida por Rajoy para esta reunión de Estado disparó de inmediato las suspicacias del PSOE. «Esperamos, deseamos y confiamos -remarcó su portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría- que no haya una intencionalidad de cargar sobre el jefe del Estado unas medidas injustas y de recorte de derechos de los ciudadanos, que son responsabilidad única y exclusiva del presidente del Gobierno».
En el Ejecutivo aseguran que el día escogido ha tenido más que ver con las dificultades encontradas hasta la fecha para cuadrar la agenda con el monarca que con otra cosa. Es habitual que el Rey presida al menos un Consejo de Ministros en cada legislatura, una práctica que se realiza al amparo del artículo 62 de la Constitución y que se engloba dentro de su potestad de mantenerse informado sobre los asuntos de Estado; pero, habitualmente, se trata de una cuestión más bien protocolaria y rara vez estas citas coinciden con jornadas decisorias de calado.
Don Juan Carlos es, en todo caso, consciente de que el viernes será un día de noticias duras. Así lo aseguran en la Casa Real donde, como en la Moncloa, añaden que hay que estar al pie del cañón. «El Rey está en primera línea de saludo para lo que haga falta», subrayan desde la Zarzuela.
Su disposición es, de hecho, más que evidente a partir del incidente de su polémico viaje a Botsuana. El pasado mes, aún con evidentes secuelas de su operación de cadera, viajó a Brasil y Chile en busca de apoyos para la Cumbre Iberoamericana de Cádiz y los próximos 18 y 19 de julio irá a Moscú para respaldar a las empresas españolas. Ese viaje es una de las razones por las que el Consejo «deliberante» se celebra esta semana.
La palabra «deliberante» tiene su importancia. En la reunión que presidirá don Juan Carlos no se tomarán decisiones; eso viene en el Consejo de después, el de 'verdad'. Ahora bien, el Rey conocerá los planes que el Ejecutivo reserva con tanto celo antes que nadie, por boca del propio Rajoy, del ministro de Economía, Luis de Guindos, y de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría -esas son las tres intervenciones previstas- y, por supuesto, dará su opinión. No es, técnicamente, un visto bueno pero en política los gestos importan, y mucho.
Comida con empresarios
Es cierto que nadie dio un significado especial, por ejemplo, al anterior Consejo de este tipo convocado por José Luis Rodríguez Zapatero en mayo de 2008, pero es que ese día la reunión tampoco fue nada extraordinaria.
Ahora, el Gobierno se prepara para un nuevo ajuste y busca la implicación de otros agentes. Rajoy, que estuvo con el Rey en la reunión anual del patronato de la Fundación Carolina, decidió celebrar después una comida en la Moncloa con los empresarios que forman parte de ese círculo: los presidentes de Iberia, Gas Natural, Iberdrola, Endesa, BBVA, FCC, ACS, El Corte Inglés e Inditex, entre otros. Fue, según fuentes de la reunión, una comida rápida, apenas una hora, en la que comentó la reunión del Eurogrupo.