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La Policía sigue la pista del dinero
El SUP denuncia que el exelectricista ya era el principal sospechoso tres días después de la desaparición del manuscrito Hallan una maleta con 600.000 euros propiedad del ladrón del Códice
MADRID. Actualizado: GuardarDinero. Mucho dinero. Hasta 600.000 euros. Esa es la cantidad que la Policía encontró ayer en una maleta perteneciente a Manuel Fernández Castiñeiras, autor confeso del robo del Códice Calixtino, durante el registro en una casa de Milladoiro (La Coruña). Con este hallazgo la cuantía incautada por los investigadores en los distintos pisos y fincas del acusado asciende a 1,8 millones de euros, además de otros 30.000 dólares. Ahora, la clave para los expertos sigue siendo aclarar la procedencia de ese ingente importe. Descifrar esa incógnita supondría esclarecer un caso que mantiene varios puntos oscuros.
El serial policial del verano continúa y tras cada descubrimiento aumentan las dudas y preguntas. Tanto los investigadores como el juez instructor, José Antonio Vázquez Taín, están prácticamente seguros de que el origen de ese dinero está en la catedral compostelana.
Sin embargo, aún existen dudas sobre si el principal acusado lo sustrajo directamente de los cepillos del templo o si obedece a la venta de objetos robados a lo largo de los 25 años que Manuel trabajó como electricista en la seo. Y es que la localización de fajos de billetes nuevos hace plausible esta posibilidad. «Es necesario comprobar si el detenido manejaba cuentas bancarias o si tenía todo el dinero en casa», explicó el magistrado.
De momento, lo que parece descartado es que existiera una red de tráfico de arte detrás de este electricista de 60 años que se encuentra en prisión provisional sin fianza imputado de los delitos de robo continuado con fuerza, hurto, blanqueo de capitales y contra la intimidad. También está en prisión su mujer, Remedios Nieto Mayo. Sin embargo, el juez dejó ayer en libertad con cargos al hijo del acusado al creer que ya no existe riesgo de destrucción de pruebas.
En principio, con el hallazgo de los 600.000 euros la Policía da por cerrada la búsqueda de dinero. Y es que los agentes se basan en los datos de los libros de contabilidad localizados en un registro anterior en el que el propio acusado apuntaba los ingresos. Al revisar esos documentos, los agentes contabilizaron un desfase entre las notas de Castiñeiras y los 1,2 millones hallados hasta entonces. La diferencia era similar a la encontrada en la maleta.
La importancia del dinero se demuestra en que fue el intento del acusado de comprar una vivienda de 300.000 euros y pagarla en metálico lo que desató todas las sospechas de la Policía. Tirando de ese hilo los agentes descubrieron que ya había adquirido a tocateja una vivienda de esa manera en 2008.
La investigación sobre el origen del dinero sigue avanzando a pesar de la nula colaboración del principal acusado. Más allá de confesar su autoría en el robo del manuscrito ante la evidencia de encontrarlo en uno de sus garajes, Castiñeiras no ha explicado nada más. El juez asegura que probablemente el motivo de la sustracción de esta obra histórica fuese la venganza tras ser despedido en 2009.
Críticas
Pese al éxito de haber recuperado el Códice sin daño alguno y el acto solemne de entrega al Arzobispado de Santiago al que acudió el mismísimo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el pasado domingo, las dudas sobre la tardanza de los resultados de la investigación prosiguen. El Sindicato Unificado de Policía asegura que el supuesto culpable del robo ya fue identificado como principal sospechoso tres días después de denunciarse el robo, según consta en un informe policial. Por ello el SUP solicita una investigación independiente que esclarezca lo sucedido.
Sin embargo, el magistrado Vázquez Taín defiende la actuación durante la investigación por la dificultad que entrañaba encontrar el manuscrito del siglo XII en perfectas condiciones. El juez aseguró que el acusado actuó con bastante meticulosidad, hasta el punto de que no cree que su familia tuviera conocimiento del robo, aunque llegado el caso, podrían destruir pruebas. Además, reconoció que en las imágenes de las cámaras se vio al acusado salir el día 4 de julio de 2011 -un día antes de la denuncia de la desaparición del histórico manuscrito- pero que también se veía a otras personas abandonar el lugar con mochilas que parecían sospechosas.