Los toros de El Pilar protagonizan un encierro vertiginoso y limpio

Los encierros de este año se caracterizan porque las distintas ganaderías cumplen con lo que se espera de ellas. Y los toros de El Pilar no iban a ser menos y han protagonizado el encierro más rápido de los que llevamos hasta el momento en los Sanfermines. En total, la carrera ha durado 2.22 y se ha saldado con cinco trasladados, todos leves, por contusiones.

Se trata del primer encierro en que no ha tenido un nombre concreto como protagonista ya que a lo largo de todo el recorrido los toros han corrido hermanados. Tan sólo ha habido pequeñas distancias entre ellos que ha permitido que entre unos y otros se hayan metido los mozos. Y es que, a pesar de ser martes, el recorrido ha estado masificado y la cantidad de gente, unido a la rapidez con que han corrido los astados, ha provocado numerosas caídas y golpes. Incluso en la parte final de la Estafeta se ha formado un montón. De ahí que todos los heridos hayan sido por golpes.

El único herido que no tiene un pronóstico leve se debe a que todavía no se sabe si tiene una luxación del hombro derecho. Concretamente, se trata del pamplonés F. A. G., de 47 años y que ha sido atendido en la calle Estafeta.

En esta misma calle han sido atendidos otros dos heridos. El vecino de San Sebastián de los Reyes, A. G. A. de 19 años tiene un traumatismo en la pierna derecha. En el mismo punto ha sido atendido J. V. C., de la localidad alicantina de Onda, de 32 años. Tiene un traumatismo facial leve.

En el tramo de Mercaderes, el que va del Ayuntamiento a la curva de la Estafeta, han sido atendidos dos corredores. Un riojano, de Lardero, J. V. H., de 45 años, tiene un traumatismo en el tobillo y G. A. A., de 21 años y de Getxo, en Vizcaya, padece una contusión en el hombro derecho.

Evolución favorable

Lo más probable es que todos abandonen el hospital a lo largo de la mañana, por lo que tan sólo continuarán ingresados tres corredores de encierros anteriores. Todos ellos evolucionan bien de sus heridas.

Tal ha sido la velocidad de los astados en el encierro de hoy que los seis toros se han hecho con la cabecera de la manada y muchos corredores, incluso los más experimentados, se han visto con dificultades para mantener el ritmo de los morlacos. No obstante, sobre todo en la calle Estafeta se han podido ver bonitas carreras por los mozos más templados.

De esta forma, se cumple el ecuador de los encierros, con un saldo de cuatro heridos por asta de toro. Ahora habrá que comprobar el comportamiento de los toros de mañana, que pertenecen a la ganadería de Fuente Ymbro y que se caracterizan por provocar situaciones de peligro, aunque en los siete encierros que han corrido por las calles de Pamplona sólo han provocado tres corneados.