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Alfredo Pérez Rubalcaba. :: EFE
ESPAÑA

Rubalcaba pide al PSOE que ponga fin de una vez a las trifulcas internas

«Tanto hablar de nosotros mismos nos convierte en personas ajenas a la realidad», advierte tras el movido Congreso andaluz

P. DE LAS HERAS
TOLEDO.Actualizado:

Recibieron un varapalo en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2011, un gran revolcón en las generales del 20 de noviembre y, encuesta tras encuesta, los socialistas se encuentran con la cruda noticia de que lejos de sacar cabeza y rentabilizar el desgaste del Gobierno prosigue la sangría de afectos. La situación no deja de pasar, para colmo, factura interna. Ni siquiera la hazaña de José Antonio Griñán en las andaluzas del 25 de marzo ha logrado pacificar al partido, como pudo comprobarse en el congreso celebrado este fin de semana en Almería. Ahora, Alfredo Pérez Rubalcaba ha dicho «basta».

El líder de los socialistas ya dejó claro el domingo que, pese a haber contado con su respaldo en el pasado Congreso Federal, los críticos que plantaron cara al presidente de la Junta no tienen su aprobación. Ayer en Toledo, tras una excepcional reunión entre la ejecutiva federal y la de Castilla-La Mancha, fue algo más allá y reclamó que, celebrado el último de los congresos regionales, dejen todos de mirarse el ombligo y se pongan a trabajar por los españoles.

«Estos procesos sirven para poner a punto la maquinaria del partido y salir a recuperar la confianza de los ciudadanos, pero pasada la etapa de introspección ahora toca que todos nos pongamos a hablar de sus problemas porque bien graves son», dijo.

No será tan sencillo. Es cierto que no queda por renovar más ejecutiva regional que la asturiana, pero los congresos provinciales aún no han terminado y en Andalucía ya se afilan los cuchillos para los de Málaga, Cádiz, Córdoba y Sevilla, donde se concentran buena parte de los disidentes contra Griñán. La dirección federal busca una fórmula que le permita atemperar los ánimos entre uno y otro bando, pero no oculta su malestar con la actitud de quienes fueron de los 'suyos'. «En este momento -dicen- no se pueden poner dificultades al presidente de la Junta; es una locura».

Griñán y Rubalcaba han sellado, de hecho, una suerte de alianza después de que el dirigente de la federación más potente del PSOE apostara por Carme Chacón en el 38 Congreso. Y ahora ambos defienden la misma estrategia de oposición «responsable». «Lo que más me turba -insistió Rubalcaba- es que los ciudadanos tienen problemas y piensan que se los podemos arreglar; tanto hablar de nosotros mismos nos convierte en personas ajenas a la realidad».

Ciego a los sondeos

Entre los que más hablan del PSOE está el más crítico de los críticos con su gestión, el secretario general del PSM, Tomás Gómez, quien demanda un giro a la izquierda y más beligerancia contra el Gobierno. Su tesis es que la formación pierde peso específico a marchas forzadas y puede acabar como el Pasok griego, que, de ser un partido mayoritario, pasó en las últimas elecciones a un apoyo de poco más del 12%. Los sondeos hacen que sus reproches no caigan en saco roto, aunque Rubalcaba no da su brazo a torcer.

«La última encuesta de verdad se realizó hace tres meses -dijo en referencia a las elecciones andaluzas y asturianas-; en Andalucía nos vaticinaban una derrota por quince o veinte puntos y al final fue por solo uno; entre leer encuestas y preocuparme por lo que pasa en España me inclino por lo segundo». Con ese argumento, reiteró que mantendrá tal cual su política de oposición, pese a quien pese.

Dicho esto, volvió a dar su pleno apoyo al Ejecutivo en sus gestiones ante la UE y se sumó a sus llamamientos al BCE para que compre deuda española. «No me cuesta decir que tiene razón cuando la tiene», apuntó, pero al tiempo dejó claro su rechazo a una eventual subida del IVA achacable, juzgó, a unos presupuestos mal diseñados.