Medio siglo de amistad francoalemana
Hollande y Merkel conmemoran el cincuentenario de la reconciliación sellada por De Gaulle y Adenauer
PARÍS.Actualizado:François Hollande y Angela Merkel celebraron ayer el cincuentenario de la reconciliación francoalemana en Reims, ciudad del Este de Francia donde fue sellada el 8 de julio de 1962 por el general Charles de Gaulle y el canciller Konrad Adenauer. En sus discursos respectivos, los dos mandatarios apostaron por reforzar la amistad entre sus países como base fundamental pero no exclusiva de una construcción europea abierta a los demás socios con el afán común de superar la crisis del euro.
El ceremonial de Reims marcó el arranque del 'año francoalemán' que culminará el 22 de enero de 2013 con la celebración del medio siglo de vigencia del Tratado del Elíseo, piedra angular de la amistad entre los dos países. La capital de Champaña es un escenario cargado de simbolismo en la tumultuosa historia de sus relaciones bilaterales. Ocupada por los prusianos en 1870, la ciudad resultó devastada por los bombardeos de la Primera Guerra Mundial antes de asistir en 1945 a la capitulación de los nazis. Diecisiete años después, con las heridas de las tres contiendas todavía abiertas, De Gaulle y Adenauer asistieron juntos a una misa solemne de reconciliación en su catedral, con la techumbre y las vidrieras ya restauradas de los destrozos de las guerras.
En recuerdo de aquel acto fundador, Hollande y Merkel descubrieron ayer ante el pórtico del majestuoso templo, antaño marco de la consagración de los reyes de Francia, una placa conmemorativa en alemán colocada en el suelo empedrado junto a la que se puso allí en francés hace 50 años. Inscrita en letras de oro, reza la famosa frase dirigida entonces por De Gaulle a monseñor Marty, el arzobispo de la época: «Su excelencia el canciller y yo mismo acabamos de sellar en su catedral la reconciliación de Francia y Alemania. Domingo 8 de julio de 1962, 11.02 horas».
«No heredamos una amistad sino que la renovamos en cada generación», proclamó Hollande, quien en una mañana borrascosa aludió al nubarrón de la profanación descubierta la víspera de tumbas de soldados alemanes en un cementerio militar situado a 40 kilómetros de Reims. «Ninguna fuerza oscura, aún menos la necedad que a menudo le presta concurso, podrá alterar el movimiento profundo de la amistad francoalemana», dijo el presidente francés. «Nuestra amistad inspira a Europa. No queremos dar lecciones. Esperamos simplemente mostrar el ejemplo», añadió.
Unificación europea
Merkel también se distanció del fantasma de directorio francoalemán atribuido con frecuencia a las dos potencias del eje París-Berlín. «Europa es mucho más que una moneda y la relación francoalemana es insoslayable a este respecto pues ha marcado con fuerza la unificación europea. No es una relación exclusiva e invita a todos a asociarse a ella», resaltó. «Hoy debemos rematar a nivel político la unión económica y monetaria. Es un trabajo hercúleo pero Europa es capaz de ello», aseguró la canciller germana, quien había comenzado su discurso declarándose consciente de que dos guerras mundiales «devastadoras» habían dejado «heridas profundas en la memoria de los franceses».
Con idéntico tono voluntarista, Hollande apeló a defender la juventud, la economía y la moneda compartidas «con reglas e instrumentos potentes». Además propuso a la canciller «franquear juntos una nueva puerta a años que volverán aún más estrecha la amistad entre nuestras dos naciones». «Viva la amistad francoalemana», lanzó en francés al final de su alocución Merkel, haciéndose eco de las palabras históricas pronunciadas por De Gaulle con motivo de una visita de Estado a Alemania en 1962, hace medio siglo de reconciliación y de convivencia en paz.