Alonso saca la calculadora
Webber se impone en las últimas vueltas al español, que eligió los puntos al riesgoEl asturiano gobernó el Gran Premio de Gran Bretaña desde la salida hasta el tramo decisivo, pero Red Bull le ganó la partida con la estrategia
SILVERSTONE.Actualizado:El tono severo y grave de las escuderías de la Fórmula 1 choca de lleno en el contraste con el espíritu festivo que despliega Red Bull cada vez que quiere celebrar algo. Rompió a llover en el centro de Inglaterra concluido el Gran Premio de Silverstone y ninguna tormenta pudo aplacar las ganas de pasarlo bien en el campamento de las bebidas energéticas: salones abiertos, champán para todos y muchas risas en un ambiente más nocturno y urbano que vespertino de gasolina y válvulas. Ganó Mark Webber en un emocionante duelo con Fernando Alonso, quien, cauto y con el objetivo del tercer Mundial en el lejano otoño, eligió el pájaro en la mano a los ciento volando. Se quedó sin velocidad por los neumáticos respecto al Red Bull en el tramo final y no quiso arriesgarse a un cero en el duelo parcial con el australiano.
El tumulto del día anterior por la borrasca, lluvia, truenos y una pista anegada, quedó atenuada el domingo por la ausencia de nubes. De repente, como es habitual en el clima del norte de España, hubo sol durante un par de horas. Esta iluminación afectó particularmente a la prueba. Sin agua, todo giró en torno a la normalidad, las estrategias y el rendimiento de los neumáticos combinado con la aerodinámica de los coches y el talento de los pilotos. Un domingo cualquiera de carreras.
Sin lluvia, hubo un pique estelar entre los dos nuevos tripulantes que provienen de Suramérica. Maldonado, de nuevo, y Sergio Pérez chocaron y quedaron fuera de la carrera. «Es un estúpido. Tendrían que castigarlo», bramó el mexicano. «Las carreras son así», replicó el venezolano, habitual pasajero de los incidentes.
Sin el agua la carrera regaló un vibrante duelo entre Ferrari y Red Bull, coronado a última hora por los dos principales protagonistas del día: Fernando Alonso y Mark Webber. El asturiano gobernó la prueba desde la salida hasta el tramo decisivo, pero fue entonces cuando se tuvo que rendir a la evidencia de que la táctica de Red Bull de salir con neumáticos blandos y terminar con duros era lo más conveniente. Eso dijo el resultado. No hay otra ley en la Fórmula 1.
No fue un error de Ferrari. Simplemente eligió otro camino para llegar al mismo sitio. A la hora de la verdad, Webber disponía de ruedas más frescas y un coche que de nuevo rueda muy veloz en las curvas rápidas de los circuitos. Lo hizo en Valencia con Vettel -el alemán dominó con claridad hasta que se averió su coche- y también ayer en Silverstone.
En igualdad
Red Bull ha colocado otra vez a sus monoplazas en posición dominante, pero la buena noticia para Alonso es que Ferrari no se ha quedado atrás. Dispone de un monoplaza capaz de competir en cierta igualdad. Felipe Massa se ajustó por fin el casco y rubricó la mejor actuación colectiva de Ferrari en lo que va de temporada: segundo el español, cuarto el brasileño.
Webber adelantó a Alonso a cuatro vueltas del final en una maniobra de riesgo. Siempre lo es atreverse con el español en la pista. Fue el desenlace fatal para Alonso, que perdió en pocas vueltas los cinco segundos de ventaja. El Ferrari sigue degradando las gomas blandas más de lo que debiera.
El resultado, sin embargo, no se interpretó en el bando de Alonso como una fatalidad. Al contrario. Mientras el asturiano hablaba con Jackie Stewart en el podio de Silverstone, en Ferrari daban por buenos los 18 puntos. Se recordaba que lleva 21 carreras consecutivas en los puntos y que, por encima de todo, su principal adversario, el que hubiera preferido la dirección de Red Bull que hubiese ganado, Sebastian Vettel, se encuentra un poco más lejos en la general del Mundial: 29 puntos.