Un incendio calcina la credibilidad del Gobierno chino
SHANGHÁI.Actualizado:Es de sobra conocido que al Gobierno chino no le gusta dar malas noticias. Y que, cuando no le queda otro remedio, la información brilla por su opacidad. Sobre todo en tragedias de gran envergadura, cuya importancia se empeña en reducir. Así, es lógico que muy pocos crean la versión oficial de sucesos como el que golpeó al país el pasado día 30, cuando un aire acondicionado defectuoso provocó un grave incendio en la planta baja del centro comercial Laide de la ciudad de Tianjin, al noreste.
Las autoridades informaron de que diez personas murieron calcinadas -todas mujeres y solo una clienta-, y otras 16 resultaron heridas. No obstante, el relato hecho por cientos de internautas que se volcaron en contar lo que sucedía hace pensar que los dirigentes se han excedido en su fabulación. «Se creen que somos tontos», escribía uno ayer, después de que se hiciese pública la lista de los diez fallecidos oficiales. «Nadie está desaparecido», aseguró la Policía.
Según los mensajes de los internautas y las declaraciones de algunos testigos, cuando se declaró el fuego, que parecía de poca entidad, el responsable del centro ordenó cerrar las puertas e impedir que salieran sin pagar los clientes. Pekín asegura que solo había una veintena, pero otros afirman que el edificio estaba a rebosar por las rebajas.
El Gobierno, sin embargo, refuta todo lo expuesto anteriormente. Pero, ayer, antes de que la censura borrase los mensajes que contenían las 'palabras inapropiadas' centro comercial e incendio, varios usuarios aseguraban haber reunido ya los nombres de 35 fallecidos.