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Embajadores excelentes

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Todo gira estos días en torno al fútbol, incluso nos olvidamos de la dichosa prima de riesgo, aunque este lunes Finlandia y Holanda amenazan con bloquear los acuerdos del Consejo Europeo de permitir la compra de deuda de los países en problemas cuando los mercados iban a confirmar o no que la entente política España-Italia funciona de verdad para nuestros bancos e intereses. Habrá que seguir negociando con toda crudeza una realidad incuestionable que necesita Europa y que estos países deben asumir, igual que cuando tocaron los tiempos de bonanza se beneficiaron. Todas las garantías deben estar encima de la mesa pero la construcción y viabilidad del Euro y de la Unión Europea no deben sufrir bloqueos. En Kiev, de entente hispano-italiana, nada. La rivalidad se demostró en el terreno de juego con toda deportividad, superando comportamientos indignos del pasado.

Hasta aquí, en el sur del Líbano donde me encuentro, llega la pasión por el fútbol que va más allá del deporte. Se trata de España y esto en el base de las tropas españolas tiene mucho significado, como en otras misiones internacionales. Hay muchos puntos en común entre estos excelentes embajadores de España: futbolistas y militares, con principios y valores comunes como el trabajo en equipo, el esfuerzo continuo para lograr el éxito, humildad, alguna flaqueza puntual, pero un claro ejemplo de trabajo bien hecho que nos representa de la mejor manera posible en el mundo entero. Son reflejo de buena parte de casi todos los sectores de la sociedad española. La otra, la casquivana, la frívola, la egoísta y la chapucera debería tomar nota de lo que realmente es importante para todos y no para el bolsillo y las poltronas de unos pocos. A todos nos gusta ganar, el éxito, el triunfo reconocido por todos, para ello tanto futbolistas como militares atesoran trabajo, superación, esfuerzo, calidad y mucha profesionalidad. Nos han proporcionado unos días de orgullo y autoestima en medio de la crisis pero más allá de la euforia y las celebraciones por el triunfo, lo importante es imitar su forma de ser y de trabajar. Insisto, tenemos buenos embajadores de España, un ejemplo a seguir por todos. Ahora les toca a los grandotes del baloncesto.