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MUNDO

Un nuevo estilo que invita a las comparaciones con Mubarak

P. ROSAS
EL CAIRO.Actualizado:

Mohamed Mursi juró ayer su cargo a pocos metros del hospital militar en el que se encuentra ingresado Hosni Mubarak, un giro del destino que refleja los cambios por los que ha pasado Egipto en el último año y medio. El estilo del nuevo presidente, diametralmente opuesto al del hombre que gobernó durante 30 años el país, también simboliza la nueva era en la que ha entrado Egipto.

En sus alocuciones públicas, Mursi se ha mostrado muy atento a las críticas y la opinión pública, como ya demostró el pasado viernes en la plaza Tahrir. Allí, en su jura simbólica, recordó las regiones del país y los gremios a los que había olvidado en su primer mensaje a la nación.

Mientras que la clase alta egipcia critica al nuevo presidente por su origen campesino y sus modales humildes -algunos se rieron al verle chuparse el dedo para pasar las páginas del discurso-, estos pequeños detalles han sido recibidos por muchos, sin embargo, con grata sorpresa, acostumbrados a la soberbia de Mubarak.

El islamista ha ido ganando en confianza desde que ganara las elecciones, pero su discurso se mantiene, al menos por ahora, humilde y cercano, y consigue llegar a los más desfavorecidos de la sociedad, que se sentían olvidados con el dictador.