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La Noche Triste
Hace cinco siglos, las tropas de Hernán Cortés sufrieron una importante derrota cuando intentaban huir de la capital azteca
MADRID Actualizado: GuardarEl 8 de noviembre de 1519 se produjo un encuentro histórico. El conquistador Hernán Cortés, acompañado de sus soldados y unos miles de indios aliados, se vio con el emperador azteca Moctezuma II y su corte de nobles. Dos civilizaciones y culturas completamente distintas entraron en contacto. Fue una reunión pacífica, pero llena de tensión. Uno de los momentos de mayor nerviosismo se produjo cuando Cortés se bajó de su caballo y se acercó a Moctezuma con la intención de saludarle en un gesto de respeto. Los nobles aztecas se lo impidieron, ya que estaba prohibido tocar al emperador. El malentendido se solucionó y las puertas de la ciudad de Tenochtitlan, la capital del Imperio azteca, se abrieron para los colonizadores. Sin embargo, unos meses después, el 30 de junio de 1520, esos mismos españoles murieron a manos de los aztecas cuando trataban de huir de la metrópolis en lo que se conoce como 'La Noche Triste'. ¿Qué ocurrió?
Los hombres de Cortés sabían por boca de los nativos aliados que los aztecas poseían grandes riquezas, en especial, ingentes cantidades de oro. Además, los aztecas eran el pueblo más poderoso de toda la región, por lo que controlar su capital significaba dominar grandes territorios. Cuando Cortés y sus hombre llegaron a Tenochtitlan fueron hospedados en el Palacio de Axayácatl. Los recién llegados se quedaron impresionados por el tamaño de la ciudad y de sus inmensas construcciones. Sin embargo, pese al buen recibimiento, los españoles enseguida empezaron a temer un ataque. Ellos apenas eran unos centenares, mientras que los aztecas eran decenas de miles.
Los colonizadores habían observado que el emperador azteca era reverenciado como un dios y obedecido por su pueblo en todo momento. Así que decidieron apresarlo y convertirlo en su rehén. De esta forma creían que garantizarían su seguridad y, además, controlarían a los aztecas. Cortés hizo prisionero a Moctezuma , que fue llevado al Palacio de Axayácatl ante la mirada perpleja de sus súbditos.
Hostilidades
A partir de ahí, la situación se deterioró considerablemente. Hernán Cortés abandonó la ciudad con la mayoría de las tropas para enfrentarse a los hombres de Pánfilo de Narváez en unas luchas fratricidas entre españoles. Pedro de Alvarado se quedó al mando del apenas centenar de soldados que permanecieron en la capital azteca. Los colonizadores se sentían más desprotegidos que nunca. Y decidieron tomar la iniciativa. Aprovecharon la celebración de un importante rito azteca -con sacrificios humanos incluidos- al que asistieron la mayoría de nobles de la ciudad, para ejecutar su ataque. Gran parte de los notarios aztecas perecieron en lo que fue una verdadera masacre.
Aquella matanza despertó el odio en Tenochtitlan. Los españoles permanecieron atrincherados en su palacio. Cortés regresó con más soldados y convenció a Moctezuma para que se dirigiera a su pueblo y les calmara. Perno no dio resultado. Los aztecas no dudaron en apedrear a su líder hasta la muerte acusándole de traición por defender a sus enemigos. En ese momento, los españoles se dieron cuenta que la única solución era tratar de huir. Lo intentaron amparados por la oscuridad de la noche. Pero fueron descubiertos y masacrados. Más de la mitad de los hombres de Cortés perdieron la vida.