Los inversores agudizan sus ataques a la deuda soberana
Los mercados desconfían de que Bruselas pueda encontrar una salida honrosa para España a corto plazo
MADRID.Actualizado:No hay tregua. El acoso a España y a su deuda soberana se mantuvo ayer. Los inversores, más bien los especuladores, redoblaron el castigo y, a las puertas de una Eurocumbre que se adivina definitiva para aclarar el futuro de Europa y de su divisa común, cargaron de nuevo. El día terminó con la temida prima de riesgo en 542 puntos básicos, frente a los 536 de la víspera, después de protagonizar a primera hora de la mañana una peligrosísima remontada, y con el bono español a diez años en el mercado secundario pagándose a un interés próximo al 7%, de nuevo en el que se considera el umbral de la intervención. La Bolsa mantuvo la respiración y, de hecho, avanzó un tímido 0,82%, con la banca mediana como el segmento más castigado.
Todos, incluido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, han reconocido que esos niveles (los de la deuda) son insostenibles. España no puede financiarse mucho más tiempo más a ese coste. El problema es que los mercados no parecen convencidos de que Bruselas pueda alumbrar una salida honrosa para el país -al menos en el corto plazo-, y por eso exigen un interés altísimo para adquirir papel español. Es el precio a pagar por una enorme desconfianza, a la que también ha contribuido la agencia de calificación Moody's, al rebajar el 'rating' del Reino de España y con él, el de 28 entidades bancarias. Nadie parece tener claro el eventual resultado de la cumbre europea y, mientras tanto, los inversores se cubren. Tanto que la prima de riesgo (el interés que se paga en el mercado secundario por esos bonos a diez años frente a los alemanes al mismo vencimiento) llegó a dispararse en minutos hasta 550,4 puntos básicos.
Mientras la deuda germana se abarataba (al ser considerada un valor refugio, los compradores exigen menos precio) hasta el entorno del 1,5%, la española se encarecía y rompía, por poco, el nivel psicológico del 7%. El pasado día 18, el mercado llegó a exigir una remuneración del 7,285%, el máximo desde que existe el euro.
Este es el peligroso juego al que están sometiendo los inversores a España, a la que le sacan un sobrecoste brutal. Una herida por la que el país puede desangrarse y que, en el corto plazo, solo podría cauterizar el BCE. ¿Cómo? Comprando de forma masiva en el mercado secundario deuda española e italiana.
Eso haría que el interés exigido bajara. Pero no parece que Mario Draghi esté dispuesto a dar el paso. Sus compatriotas también se lo piden. No en vano, como le sucede a España, su Tesoro está siendo golpeado. Ayer, Roma emitió bonos a cinco y diez años por los que tuvo que pagar más, mientras su prima de riesgo crecía hasta 478 puntos.