Boixareu, al abandonar la Ciudad de la Justicia. :: TONI ALBIR / EFE
ESPAÑA

Un empresario amigo de Urdangarin se siente «desengañado» con el duque

Joaquím Boixareu niega que fuera el hombre de paja del duque de Palma en la fundación para niños discapacitados

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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El presidente interino de la patronal metalúrgica catalana, amigo personal de Iñaki Urdangarin y fundador de la fundación de niños discapacitados que supuestamente usó el yerno del Rey para evadir capitales, se siente «desengañado» con el duque de Palma. Joaquím Boixareu, imputado en la investigación judicial que mantiene el juez de Palma sobre las actividades del esposo de la infanta Cristina al frente del Instituto Nóos, compareció ayer ante el juez para tratar de aclarar qué papel tuvo en la creación de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (FCDIS), sociedad que se sospecha que nació para dar continuidad a la actividad de Nóos después de que la Casa Real pidiera al duque que se apartara del mundo empresarial.

Boixareu declaró ante el juez que intervino en la constitución de la fundación porque se lo pidió Urdangarin y que en aquel momento era todo un honor participar en un proyecto liderado por alguien del prestigio del esposo de la infanta Cristina. Boixareu, que quiso aclarar que no ha sido imputado ni por tráfico de influencias ni por corrupción -aún no ha trascendido de qué se le acusa- fue compensado con 30.000 euros por asesorar al duque y a su socio, Diego Torres, en la creación de la entidad, pero, según detalló ante el juez, en ningún momento tuvo la intención de cobrar dicha cantidad, así que acordó con Urdangarin y Torres que donaría los 30.000 euros para la constitución de la sociedad. «Nunca quiso cobrar pero le insistieron tanto, que al final decidió que si el dinero iba destinado a la institución sin ánimo de lucro estaría de acuerdo», señaló su abogado.

En su declaración ante el juez, el duque de Palma sostuvo que estaba muy agradecido a Boixareu porque «le había presentado muchas personalidades que le habían sido de utilidad» y quiso compensarle económicamente. Así fue como los 30.000 euros acabaron en la fundación. Fuentes de la investigación no aceptan la versión y creen que el empresario fue utilizado como pantalla.

Ausencia

El otro testigo que estaba llamado a arrojar algo de luz sobre la fundación que tomó el testigo de Nóos era Raimon Bergós, que también participó en su impulso como abogado que trabajaba para Urdangarin. Pero Bergós no compareció en todo el día en la ciudad de la justicia de Barcelona, donde más de 70 testigos están llamados a declarar hasta mañana. Entre ellos, la secretaria personal de Urdangarin entre 2005 y 2006, María Ángeles Almazán, quien, en contra de lo que mantiene públicamente el duque de Palma, dijo que el duque siguió vinculado entre mayo y septiembre de 2006 al instituto, pese a que oficialmente lo había dejado de presidir en marzo.

El tercer gran asunto que el juez Castro quiere aclarar en Barcelona es el convenio que la Generalitat y el Instituto Nóos suscribieron en 2005. El exconsejero de Universidades de la Generalitat, Manuel Balcells, afirmó que «no hubo ninguna irregularidad» en el acuerdo.