Miguel Martín, presidente de AEB./ Gabinete de comunicación de la UIMP
crisis económica

La patronal bancaria propone diez años de devaluación salarial

La Asociación Española de Banca defiende ajustar precios y sueldos para ganar competitividad

SANTANDER Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, ha defendido una devaluación interna, una rebaja de salarios y precios respecto a los alemanes para aproximarnos a su competitividad. Ese ajuste en salarios y precios tendría que durar entre cinco y diez años, según Miguel Martín.

El representante de la patronal bancaria ha recalcado, no obstante, que esa devaluación debe lograrse manteniendo la cohesión social. Durante su intervención en el seminario organizado por la UIMP, la Asociación de Periodistas de Información Económica y BBVA sobre 'La crisis del euro', Martín ha insistido en que el problema de España "no son los bancos" sino su competitividad, que lastra la balanza de pagos.

En el ámbito concreto de la reestructuración bancaria, ha defendido que el dinero público no sirva para mantener entidades financieras inviables. "Alguien tiene que determinar cuáles son las inviables y el dinero que se emplee, provenga de donde provenga, tiene que utilizarse para que desaparezcan", explicó y lo ilustró con un ejemplo concreto: "Pida usted cuánto quiere para deshacerse de Bankia". Claro que, después, matizó que no apoyaba liquidar a ninguna entidad, sino tranformarla.

Se trata, según su explicación, de "deshacerse de la Bankia actual que está quebrada" para convertirla en una entidad potente. ¿Cómo? "Comprando, vendiendo", de muchas maneras, pero con un modelo claro, Banesto, en cuya intervención y posterior subasta participó Miguel Martin, que en aquella época era subgobernador del Banco de España. Banesto acabó siendo adjudicado al Santander.

Martín ha reclamado al Gobierno que exponga cuáles son sus objetivos en la reestructuración financiera y el procedimiento para hacerlo. Respecto a la posibilidad de crear un banco malo, ha dicho que era sólo un instrumento que puede servir para lograr entidades fuertes. Pero ha recalcado que "los bancos no quieren ayudas públicas y que tienen la firme decisión de no pedirlas".