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Lugo pierde la esperanza de volver a la Presidencia y ya solo cree en un «milagro»

Federico Franco insiste en que su objetivo es evitar una guerra civil en Paraguay y reitera la legitimidad del nuevo Gobierno

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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El destituido presidente paraguayo, Fernando Lugo, admitió ayer que «legalmente no hay una vía para revertir» su separación del cargo decidida el pasado viernes por el Congreso. El exobispo solo se esperanzó con un «milagro», que sería el caso si el Parlamento admitiera que se equivocó y diese marcha atrás, dijo. Lugo sigue creyendo que el Gobierno de Federico Franco, el vicepresidente que lo sucedió en el cargo, «es ilegítimo», y anunció que prefiere no viajar a la cumbre del Mercosur para no presionar a sus excolegas.

Por su parte, Franco recibió a la prensa extranjera y les aseguró que asumió el cargo «para evitar un derramamiento de sangre». «Soy el responsable de garantizar que no va a haber guerra civil» en Paraguay, declaró dramático. Y es que, en los últimos días, se habían disparado los rumores sobre un posible levantamiento militar y Miguel Christ, comandante de las fuerzas aéreas del país, tuvo que negar que Lugo y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, les hubiesen pedido su intervención.

Franco reiteró que su Ejecutivo «es democrático y constitucional» y que en su país «prima el Estado de derecho y hay libertades irrestrictas». Descartó la posibilidad de adelantar elecciones, como sugirieron los Gobiernos de Uruguay y Colombia. Los comicios nacionales serán en abril de 2013, como estaba previsto, y el traspaso del mando será en agosto de ese mismo año. «Los plazos electorales van a ser respetados», aseveró. Sin embargo, y pese a la normalidad y continuidad institucional que pretende transmitir, el presidente de Paraguay adelantó que no asistirá a la cumbre del Mercosur, a la que, por otra parte, no ha sido invitado.

«No me seduce participar en estas cumbres en estas condiciones», admitió. La cita del Mercosur, que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, tendrá lugar el viernes en la provincia argentina de Mendoza. Los socios están disgustados por el juicio político sumarísimo que el Congreso realizó a Lugo, que derivó en su condena por mal desempeño, casi sin darle tiempo para su defensa. En dos días, Buenos Aires retiró inmediatamente a su embajador de Asunción y los demás socios los llamaron a consultas.

El resto de Sudamérica también adoptó medidas. Algunos como Venezuela fueron severos en la condena. Otros manifestaron preocupación por la falta de garantías para el juicio contra el presidente como Chile. Por su parte, Cuba retiró ayer a su embajador y dejó claro que «no reconocerá autoridad alguna que no emane del sufragio legítimo».

Miembro rebelde

Tanto Mercosur como la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) tienen firmados acuerdos que prevén sanciones a los miembros que se aparten del orden democrático. De hecho, Argentina, que actúa este semestre como secretaría de turno del Mercosur, anunció que los socios resolvieron suspender a Paraguay de la cumbre y adelantó que discutirán «medidas» contra el «miembro rebelde» del bloque.

En julio, un grupo de trabajo de la delegación del Parlamento Europeo visitará Paraguay para mantener «contactos con los principales actores políticos, legislativos y sociales» para examinar la situación sobre el terreno tras la destitución de Fernando Lugo. Su portavoz, Luis Yáñez-Barnuevo, señaló «la inquietud de esta delegación en relación con los recientes acontecimientos» y que buscan «sacar sus propias conclusiones sobre la situación real».