La Fe obra el milagro
Los médicos extirpan a un bebé un gran tumor de 160 gramos después de intubarlo sin llegar a cortar el cordón umbilical
VALENCIA.Actualizado:Deliz Nieto era un joven argentino que vivía plácidamente en Plottier, en la provincia de Neuquén, al este del país. Plottier le debe el nombre a un médico, pero Deliz nunca podría haberse imaginado que su felicidad, la vida de su hijo, y la de su mujer, iba a quedar en manos de la medicina. Este diseñador gráfico, hombre de profundas creencias, viajó en 2007 a Valencia para trabajar con la iglesia evangelista tres meses antes de regresar a casa.
Su vida comenzó a dar volteretas en cuanto pisó territorio español. En Gandia, en la iglesia, con 27 años, conoció a una jovencísima Mari Carmen Palacios y ya nunca volvieron a separarse. La pareja se casó en Gandía y la mujer se quedó embarazada. A las 20 semanas de gestación llegó el reto de sus vidas. Los médicos les comunicaron que había un problema. Grave.
El feto tenía una gran masa que se expandía por el cuello, parte de la cabeza y el torax. El nombre científico -un teratoma quístico inmaduro, de alto grado de malignidad- no les decía gran cosa. Las consecuencias sí. Su vida corría serio peligro. «Así era casi imposible que naciera», expuso Juan Salvador Rubio, del servicio de obstetricia de La Fe. Era una situación «límite», abundó Carlos Gutiérrez, el cirujano pediátrico que entendió que tenían que extirpar el tumor cuanto antes.
Pero aún quedaban varias semanas de gestación por delante. Era el momento de tomar decisiones. «Y eso es muy duro y complicado», advierte Isabel Izquierdo, del servicio de Neonatología. La solución, remota, se llamaba EXIT (ex utero intrapartum treatment), que nunca se había realizado en la Comunidad Valenciana. Una intervención inusual que logró completar con éxito, entre el 1 y el 2 de diciembre del año pasado, el equipo médico de La Fe.
Primero se procedió a realizar un parto parcial. Los médicos extrajeron la cabeza y los brazos del niño del vientre materno. El tumor oprimía las vías respiratorias y digestivas, así que no iba a poder respirar correctamente por sí mismo. Había que cogerlo, unido aún a su madre por el cordón umbilical, e intubarlo. Durante 60 minutos se esmeraron en asegurar la vía aérea. Una vez se alcanzó este primer objetivo, se pudo cortar el cordón e interrumpir el aporte del oxígeno a través de la sangre materna.
Al día siguiente, el 2 de diciembre, venía el segundo gran riesgo. La extirpación del tumor, de 160 gramos, un 10% del peso del bebé, duró cinco horas. Casi nadie en el mundo había sobrevivido antes a la extracción de un tumor tan grande. Pero Marc lo hizo. Un nuevo hito para La Fe.
Deliz y Carmen escuchan las explicaciones de los médicos, de la creación de un Comité de Cirugía Fetal, y sonríen. Cuando les llega el turno, cuentan la cruda realidad, los sentimientos que no atañen a la ciencia. «Seguir con el embarazo fue una decisión muy difícil, pero si podía morir es que también podía vivir». Marc sobrevivió y el 13 de abril recibió el alta. Ahora es un bebé sano.