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El delantero italiano Balotelli dispara a puerta durante el partido de ayer. :: SERGEY DOLZHENKO / EFE
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ITALIA CASTIGA A LA INGLATERRA MÁS RÁCANA

Los de Prandelli, que se merecieron pasar a semifinales en el tiempo reglamentario y estrellaron dos balones en la madera, se clasifican en la tanda de penaltis

IGNACIO TYLKO
VARSOVIA.Actualizado:

Tras el 'Dios salve a la reina' y el 'Canto de los italianos', dos himnos que ponen los pelos de punta, se cumplió el guion previsto y el choque más equilibrado de cuartos se fue hasta los penaltis. Fue mejor Italia y se mereció ganar mucho antes pero se estrelló dos veces contra la madera y Balotelli, una vez más, no tuvo su noche. Si Fernando Torres falla lo mismo, hay que echarle de España. Y los ingleses, más especulativos que nunca, vivieron felices con el empate a nada. Confiaban más en su físico. En su método se asemejaron al Chelsea o a la 'azzurra' de toda la vida. Pero quizá se olvidaron de que los penaltis son su maldición. Han caído siete veces en esa suerte y solo vencieron a España en los cuartos de 1996. Pese a la bravata de Hart, convencido de que pararía varios, Buffon fue mejor y se desquitó de la eliminación de hace cuatro años ante la España de Casillas. A los transalpinos les espera ahora una Alemania fresca, el día 28 en Varsovia.

Papeles cambiados en estos dos clásicos que han 'traicionado' a la filosofía futbolera de sus países. Resulta que ahora Italia desprecia el 'catenaccio', posee una defensa de andar por casa, juega con rombo, presume de un gran director como Pirlo, actúa con dos delanteros y sale a dominar a Inglaterra. Y los británicos, tradicionalmente rápidos, ofensivos, alegres y con despistes en la zaga, se emplean con tal organización defensiva que sus estrellas se ven coaccionadas. Desprecio absoluto al balón. Hodgson no tiene apoyos en la prensa pero sí un plan, similar al de ese Fulham que daba dolor de cabeza pero alcanzó una final de la 'Europa League', la que perdió ante el Atlético en Hamburgo. Es un técnico que hace buenos a equipos pequeños pero le pesan los grandes, como ya le ocurrió en el Inter y en el Liverpool.

Se reencontraba el veterano preparador de Croydon con Pirlo, quien le saludó con cariño porque no olvida que fue él quien le dio la alternativa en el Inter. El organizador de Brescia se pasó media vida en el Milan, que el pasado verano hizo el canelo al dejarlo escapar a la Juve, pero en sus orígenes jugó un par de años en el otro gran club de Lombardía. Es mayor, ejerce el oficio casi al paso, a un ritmo cansino, pero hace que corra el balón. Es viejo pero fue el mejor sobre el campo hasta en la prórroga y luego hasta se permitió el lujo de lanzar un penalti a lo Panenka. Es quizá el único jugador de la Eurocopa que no desentonaría en 'La Roja'.

El duelo de Kiev, bastante discreto pero con la emoción de ser a vida o muerte y entre dos potencias, aunque los ingleses presumen más de identidad que de títulos, comenzó bien. De Rossi agarró una volea espectacular que se estrelló en el palo, con Hart ya batido, ya a renglón seguido Buffón sacó una mano extraordinaria en un remate heterodoxo de Johnson.

El cirujano Pirlo

El primer acto escenificó lo que es Balotelli, un joven alocado con unas condiciones extraordinarias pero que parece siempre distraído, como si la historia no fuera con él. Estuvo en todas las acciones ofensivas pero las ejecutó mal. Pirlo le dio un pase milimétrico a la espalda de los centrales, que controló con sutileza pero luego se durmió y Terry le robó la cartera. Aunque más centrado, una acción similar a la que protagonizó con Sergio Ramos en el primer partido. Después, fue Montolivo el que le asistió y, en lugar de controlar, intentó una cabriola imposible. Y más tarde, le faltó atención y velocidad de reacción para adelantarse a Lescott y definir una dejada de cabeza de Cassano en área pequeña. Su mejor detalle llegó en un zapatazo lejano. Seguro que Hodgson estaba encantado de que 'Balo' se la jugase desde ahí, donde marcar es casi un milagro. A la contra, los ingleses solo dieron un par de sustos: un intento de remate en plancha de Rooney y un tiro alto de Welbeck tras dejada de tacón del 'Bad Boy'. Poco bagaje pero daba la sensación de que los 'Pross' se encontraban felices agazapados y sin balón.

Italia arrancó más fuerte en la segunda mitad. Tuvo otras dos opciones claras en los compases iniciales, pero Rossi remató en semifallo con la zurda y Balotelli lanzó contra el muñeco. Permitió lucirse a Hart, su amigo del Manchester City. Una chilena fallida del potente ariete avisó muy en serio a Hodgson. Había que frenar, a modo de tiempo muerto, y cambiar el pulso del partido, sus constantes. Los movimientos de fichas de siempre: Carroll y Walcott, dentro, y Welbeck y Milner, fuera. Más desborde por banda y más remate.

Pasado ese arreón transalpino, la fatiga y el miedo a la derrota eran más protagonistas que los jugadores. Gerrard, clave en su selección, se arrojaba al suelo para estirar el gemelo. Cassano se marchaba agotado. Se recuperó de una operación de corazón tras sufrir un ictus isquémico y está mejor que nunca de peso, pero el fuelle no le llega para un choque completo. Y más con perspectiva clara de prórroga. Antes del tiempo extra la tuvo Nocerino, que había entrado de refresco. Control maravilloso del milanista pero corte providencial de Johnson. Y también Rooney. Espectacular chilena pero golpeo con la punta del pie y balón alto.

En el pequeño descanso, mucho más enérgico Prandelli que Hodgson. Avanzaba la prolongación sin noticias, más allá de tiros inocentes de Balotelli. Las opciones más clara, un centro pasado de Diamanti que acabó en el palo y un gol bien anulado a Nocerino por fuera de juego. Enfrente, alguna correría de Walcott. En la lotería, Italia impuso su ley.