Turquía admite que el caza derribado violó el espacio aéreo sirio
Ankara anuncia que responderá al incidente pero trata de rebajar la tensión con su vecino para no agravar más el conflicto
Actualizado:Turquía respondió en voz baja al derribo de un caza por las defensas antiaéreas sirias y admitió que el aparato se encontraba en espacio aéreo enemigo. «Cuando se piensa en la velocidad de los jets cuando vuelan encima del mar, es frecuente que crucen varias veces las fronteras durante un pequeño lapso de tiempo», reconoció el presidente turco Abdulá Gul a la agencia Anatolia. «Son cosas que no son intencionales, que se producen a causa de la velocidad de los aviones», matizó el dirigente tratando de quitar hierro al incidente más grave desde la ruptura de relaciones con Damasco tras el estallido de la revuelta contra Bashar al-Asad. En esta misma línea se pronunció el viceprimer ministro, Bulent Arinc, que destacó que el avión derribado era de «observación» y no de combate.
Las baterías antiaéreas sirias borraron cualquier duda sobre el estado de guerra que vive el país. El F4 Phantom de la aviación turca derribado el viernes probó la eficacia de los sistemas de defensa suministrados por Rusia y tensó un poco más las relaciones entre los dos vecinos. Tras el desconcierto inicial sobre lo ocurrido con el aparato en las costas de Latakia, Damasco confirmó a través de la agencia oficial Sana que «nuestras defensas detectaron un objeto que penetró en nuestro espacio aéreo y lo derribaron. Resultó ser un avión militar turco». El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió «contención y diplomacia» a la hora de solucionar el incidente del avión. Ban emitió un comunicado en el que aseguró estar siguiendo «muy de cerca la situación».
Mientras Turquía prepara «las medidas oportunas» para responder a este derribo, según declaró el primer ministro, Recep Tayip Erdogan, Bashar al-Asad siguió con su agenda particular de reformas. Dos meses después de las elecciones el presidente promulgó el decreto para la creación de un nuevo Gobierno en el que no habrá cambios en tres de las carteras principales, Exteriores, Defensa e Interior, lo que invita a pensar que no se producirán variaciones sobre la forma de abordar la crisis abierta en el país que dura ya 17 meses.
Turquía ha pasado de socio a enemigo en este tiempo y ahora mismo los 900 kilómetros de frontera compartida son el auténtico cordón umbilical que alimenta a los opositores que combaten al régimen de El-Asad. En abril fuerzas sirias cruzaron la frontera persiguiendo a varios opositores y mataron a dos personas en suelo turco, cerca de uno de los campos donde viven los más de 30.000 refugiados que coge Turquía, fue el último incidente transfronterizo antes del derribo del caza.