Egipto ve la luz al final del túnel
Egipto conocerá hoy a su nuevo presidente tras un posible acuerdo entre militares e islamistas
EL CAIRO.Actualizado:Egipto conocerá hoy a su presidente. Lo que tenía que haber sido un mero recuento de votos en las primeras elecciones libres para elegir al jefe del Estado se ha convertido en un laberinto de negociaciones y rumores, bambalinas y puertas de atrás. El último pulso entre la junta militar y los Hermanos Musulmanes ha durado una semana, y no está claro aún quién ha sido el vencedor.
La Comisión Electoral anunciará esta tarde el vencedor de los comicios en un ambiente de tensión política y profunda división social. Ambos candidatos, el hermano musulmán Mohamed Mursi y el exgeneral Ahmed Shafiq, se han proclamado vencedores, una estrategia que ha creado dos realidades paralelas en Egipto que, según los analistas, han dañado la imagen de limpieza de los comicios. Mientras ayer miles de islamistas seguían reunidos en la plaza Tahrir en anticipación de lo que aseguran será una victoria de Mursi, los seguidores de Shafiq cortaban el tráfico en el barrio de Nasr City celebrando el posible triunfo del ex primer ministro.
El retraso de los resultados electorales atiende a razones técnicas, según la Comisión Electoral, que afirma que no han podido revisar a tiempo el enorme volumen de impugnaciones, más de 400, que los candidatos han presentado a los resultados preliminares. Pero esta demora también ha dado más margen de negociación a los dos actores en liza, la junta militar y los Hermanos Musulmanes.
En juego no solo está la presidencia. De hecho, es posible que la presidencia ni siquiera sea lo más importante ahora mismo para ninguno de los dos. El diario 'Al-Ahram' y la agencia Reuters confirmaban la existencia de negociaciones entre los militares y la cofradía para alcanzar un «acuerdo político».
La hermandad, que en poco más de una semana ha sido desposeída de la que era su mayor fuerza, el Parlamento, donde contaba con una amplísima mayoría, no está dispuesta ahora a aceptar una presidencia con los poderes muy mermados. Los Hermanos Musulmanes, el único grupo en Egipto capaz de movilizar en pocas horas a miles de personas, mantienen la presión en la plaza Tahrir, donde ayer volvieron a dormir cientos de islamistas por quinto día de forma consecutiva.
Jairat el Shater, número dos del grupo islamista y considerado como la persona que maneja la maquinaria política de la hermandad, ha confiado a Reuters que se han reunido con la junta militar para «discutir cómo salir de la crisis después de que el Parlamento haya sido disuelto y los poderes de la presidencia hayan quedado mermados». Según El Shater, «los generales se sienten dueños del poder y no han alcanzado un compromiso real».
Negociación secreta
En este clima de secretismo, los términos de la negociación no son públicos, pero fuentes conocedoras de lo que se cuece en estas reuniones aseguran que la cofradía quiere forzar a los militares a que anulen la disolución completa del Parlamento y solamente convoquen elecciones para un tercio de la Cámara, la parte correspondiente a los candidatos individuales que el Tribunal Constitucional declaró nula.
Por su parte, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas exige a los islamistas que retiren a sus fieles de Tahrir y acepten las enmiendas a la declaración constitucional tal y como las han redactado los generales, que otorga al Ejército el control de sus propios asuntos y el de la seguridad.
«El acuerdo es posible; la junta militar podría aceptar limitar la reelección del Parlamento al tercio de escaños elegidos según el sistema de candidaturas individuales a cambio de que Mursi y los Hermanos Musulmanes acepten que el anexo de la declaración constitucional quede intacto, al menos por el momento», asegura una fuente a 'Al-Ahram'. El anuncio de la Comisión Electoral de que los resultados se darán a conocer hoy podría significar que ambas partes han llegado a un acuerdo.