Una Inglaterra al fin con estructura
El combinado de Roy Hodgson, que ha ido de menos a más en la presente Eurocopa, busca ante Italia el billete a la semifinal
LONDRES.Actualizado:La última vez que Inglaterra se había clasificado en su grupo en las finales de una competición internacional del fútbol fue la Copa del Mundo de 2006. La selección de Sven-Göran Eriksson cayó por penaltis contra Portugal en cuartos de final, tras quedar con diez por la expulsión de Rooney.
Su asistente, Steve McLaren, le sustituyó, pero Croacia apeó a su equipo de la Eurocopa de 2008 en una noche desoladora en Wembley. El posterior régimen cesarista de Fabio Capello se agrietó en un despliegue lastimoso en el Mundial de Sudáfrica en 2010 e Inglaterra despidió al italiano en febrero, con la selección ya clasificada para su viaje a Ucrania.
De aquella penúltima aventura de los ingleses en 2006 queda el recuerdo de la tonta tarjeta roja que se ganó el reincidente Rooney, de un fútbol indeciso y pesado y de una imagen: la de Eriksson en pie golpeando con su mano el pecho de sus seleccionados cuando saltaban al campo mientras repetía a cada uno su mantra: «¡Shape, shape, shape!»
El entrenador sueco quería recordar en ese instante final al equipo su exigencia elemental, que mantuviese la formación, la estructura del once, su posición en el campo de juego. No ha sido el único entrenador extranjero en el fútbol inglés quejoso porque el entusiasmo del graderío y su contagio por los jugadores, en un país con reputación de flemático, desemboca en un combate desordenado.
El pueblo futbolero inglés quería a Harry Redknapp como sustituto de Capello. Es el pillo del este de Londres, que ha tenido líos fiscales y enredos en compraventas de jugadores, pero que ha formado equipos felices. Las ambigüedades sobre su posible fichaje por Inglaterra le han costado también el banquillo del Tottenham.
La Federación fichó a Roy Hodgson en mayo, confirmando el deseo general de tener a un inglés al frente de la selección nacional y apostando por el entrenador multilingüe, con experiencia en clubes y escuadras nacionales de diferentes países y con buenas maneras, al que le gustan la música de 'The Rolling Stones' y las novelas de Philip Roth. Inglaterra no ha perdido ningún partido bajo su dirección.
Y, en el primero que sometía a juicio sus saberes, el partido contra Francia en su primera participación de esta Eurocopa, el recuerdo de Eriksson era inevitable. Porque Inglaterra mantuvo durante los noventa minutos la 'shape', la formación, la disciplina en el posicionamiento en el campo que ansiaba el sueco. Una selección inglesa compacta será siempre difícil de batir.
De menos a más
Hogdson tiene por primera vez en muchos años un portero seguro de sí mismo e indiscutible. Hart ha firmado una muy buena campaña con el Manchester City. Y en los laterales, Johnson y Cole, tiene jugadores probados. La pareja central, Terry y Lescott, plantea más dudas, pero se puede decir que esta selección inglesa tiene una línea de defensa solvente.
¿Están Gerrard y Parker en buenas condiciones físicas? Hodgson ha apostado por la experiencia de dos profesionales del máximo nivel para resolver las polémicas persistentes sobre los pivotes ingleses. Son complementarios -algo que siempre se ha puesto en duda cuando Gerrard y el lesionado Frank Lampard formaron pareja en la medular- pero ambos han perdido frescura y han acumulado golpes mientras se acercan al fin de sus carreras.
Sin tranquilidad con el balón
Con Rooney de nuevo sancionado en los dos primeros partidos, el seleccionador inglés apostó contra Francia por combinar la veteranía en la contención (a la que hay que añadir el correcaminos Milner en el centro del campo) con la velocidad juvenil en el contraataque. Ante Suecia sacó a Carroll, un gigantón torpe y lento que marcó el gol con el que se habría justificado la decisión táctica.
En ambos partidos hubo estructura pero ésta tenía una grieta, el engarce entre las líneas de centro del campo y los puntas. La incorporación ayer de Rooney dio a la Inglaterra de Hodgson un aire de estreno. Éste es el equipo al que aspiraba. Tiene equilibrio. Es una selección que, tras los descalabros sobre el despido y tardía contratación de su entrenador, acudía sin grandes esperanzas a la cita de Polonia y Ucrania, donde va de menos a más.
Sus críticos en la prensa británica lamentan la persistencia de un problema ya endémico, la falta de tranquilidad con la pelota, algo que esta noche necesitará si quiere batir a Italia y encontrarse con Alemania en la semifinal.