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El Teatro del Títere abrió ayer por unas horas sus puertas. :: ANTONIO VÁZQUEZ
Sociedad

Abre el coliseo de los títeres

La Noche de los Museos deja buen sabor de boca con la visita hasta la madrugada de varios espacios culturales de la ciudadCientos de gaditanos disfrutan de la jornada de apertura del Teatro Cómico

PILAR SOLÍS ciudadanos@lavozdigital.es
CÁDIZ.Actualizado:

La de ayer fue una noche veraniega para perderse por los enclaves culturales de la ciudad. Una noche para adentrarse en familia, con amigos, en parejas o solo por los rincones que esconden los museos, todo ello armonizado con la brisa nocturna. La primera edición municipal de la Noche de los Museos llenó a la ciudad de gaditanos y visitantes, que atraídos por la novedad, contemplaron con una nueva luz y sin prisas, las muestras que cuelgan de las paredes de más de una decena de espacios expositivos. La gran estrella de la noche fue el preámbulo de inauguración que se vivió en el Teatro del Títere Tía Norica levantado sobre el solar del antiguo Teatro Cómico, en la calle San Miguel. Tras años oculto por las vallas, este gigante edificio abrió por fin su puertas al público por un espacio de dos hora y media. La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, fue la encargada de inaugurar este nuevo espacio cultural que a pesar de haber realizado una jornada de puertas abiertas aún deberá aguardar para celebrar su primera función.

Para la alcaldesa, este teatro incorporará a la ciudad un nuevo espacio escénico con la peculiaridad «de que sólo en España hay un teatro de títeres, el del País Vasco», lo que lo convierte en un atractivo único en la parte sur de España. Teófila Martínez expresó su satisfacción porque «contribuirá a proteger un patrimonio que acumula más de 180 años como son las marionetas de títeres». Martínez resaltó la importancia de las excavaciones arqueológicas que tanto han retrasado la obra pero que han dotado de mayor valor al teatro «porque más adelante podrá ser visitado por los ciudadanos».

El objetivo final de este nuevo espacio era disponer de un pequeño teatro capaz de conservar el patrimonio cultural que representan los títeres para la ciudad de Cádiz. Un aspecto que hace singular a la capital gaditana y que tiene como su máximo referente a los títeres de la Tía Norica (premio Mérito a las Bellas Artes desde el año 2000).

Ha sido un proceso largo el que ha vivido el teatro hasta llegar a las jornadas de puertas abiertas de anoche, marcado por los hallazgos arqueológicos encontrados bajo su estructura. Un proceso que se inició con su declaración en ruinas en los años 90 y su demolición 5 años después. No fue hasta 1999 cuando se iniciaron los trabajos de gestión arqueológica con varios sondeos rotatorios en el verano de 2002, y una intervención arqueológica de urgencia en 2003 con tres catas hasta alcanzar los 8,50 metros de profundidad, en las que se documentó una superposición de estratos arqueológicos desde la prehistoria hasta la actualidad.

El resultado de la obra es la percepción de una gran caja que sólo se abre al exterior en el vestíbulo de acceso y foyer. La disposición de los elementos corresponde a la filosofía clásica del teatro a la italiana. Para aprovechar su dimensión vertical, dada la escasez de suelo que caracteriza a la ciudad, el foyer tiene una doble altura, dando acceso al anfiteatro en la superior y abriéndose la caja que conforma todo este espacio a la calle San Miguel. Tras esta caja, se esconde el patio de butacas y anfiteatro con un aforo para 342 personas (214 en la parte inferior y 128 en la superior). Al fondo se sitúa el escenario conformado a dos niveles, uno rasante con el patio de butacas destinado a las representaciones de los títeres y sobre éste, mediante una tarima desmontable, se conforma el que servirá para las representaciones clásicas con una mejor visión.