CON LA PRIMA Y CON LA DEUDA

Subir una pendiente, navegar contra corriente, superar obstáculos, volar alto, retroceder a una época vivida, pertenecer a un tiempo muy lejano -Cádiz se remonta a los fenicios- son todos los ingredientes que se necesitan para lograr la remontada, un resultado con la cifra cerrada, la deuda es un 2-0. Y con las botas en el césped, PODEMOS.

He visto a grandes deportistas hacer cosas excepcionales cuando nadie creía en ellos. Algunos escribían en la mano palabras clave que activaban el pensamiento hacia su cometido. Les he ayudado a visualizar el plan de juego para mentalizarse, competir, luchar hasta el final y no rendirse. Y en los momentos más bajos de ánimo, lo importante era reír, con empeño. «La risa libera endorfinas conocidas como las hormonas de la felicidad. La explosión de carcajadas provoca algo parecido al éxtasis: aporta vitalidad -se activan músculos antes inactivos- energía e incrementa la actividad cerebral». Estos chicos lo tenían en su cabeza, y si por algún motivo, en los momentos bajos alguno «lo olvidaba», ahí estaba el compañero que animaba al otro diciéndole que 'si X por X es X2, Y por Y, es ir p'á ná', consiguiendo salir enchufados. Ser optimista influye en las decisiones, en el esfuerzo y en la persistencia ante las adversidades. Ayuda a tener confianza en poder hacer todo lo que está al alcance, en todo lo que depende de uno mismo y en no guardarse nada. Cuando se está preparado, cuando se cree en las posibilidades, hay muchas probabilidades de que las cosas ocurran como todos han previsto, y si no, quedará la satisfacción de haber hecho lo posible. Se puede alcanzar el éxito, y un buen manejo de las emociones permite enfrentarse a grandes retos, porque son una herramienta vital para avanzar en el fútbol. Hoy sé que «la sonrisa es el puente universal que cruza las barreras del lenguaje». Yo soy una de esas Locas Optimistas QUE RÍEN y que creen en #CarranzaRemonta.