Mala salud
Los recortes de la Junta ponen en peligro la calidad asistencial en los centros sanitarios de la provincia
Actualizado: GuardarEl Boletín Oficial de la Junta de Andalucía publicaba ayer el Plan de Ajuste económico del Ejecutivo autonómico para dar cumplimiento al objetivo de déficit en 2012, fijado en el 1,5% del Producto Interior Bruto. Las medidas que entran hoy mismo en vigor han caído como un jarro de agua fría para todos aquellos que pensaban que el consenso era posible. Sindicatos, funcionarios, colectivos sociales, eran muchos los que se habían manifestado contra unos recortes que van a tener consecuencias severas sobre el conjunto de la población andaluza.
Todos coinciden. Hay que apretarse el cinturón, pero hay formas y formas, y lo que se aplicará a partir de ahora puede acabar por ahogar al más pintado. Lo más grave del asunto es que, como decían ayer los profesionales del sector sanitario de la provincia de Cádiz, la población ni se imagina la que le viene encima. Hace ya semanas que médicos y enfermeros vienen denunciando que los recortes del SAS se van a traducir de forma inmediata, este mismo verano, en el cierre total o parcial de centros de Atención Primaria, de centros de especialidades, en la no cobertura de las bajas laborales y en la disminución de los contratos temporales para suplir a los profesionales de vacaciones. Todo esto va mucho más allá de la tradicional polémica por el cierre de camas de cada verano. La precarización de las condiciones de trabajo de los profesionales del sector, unida a la disminución de los servicios a los ciudadanos se convierte en un cóctel explosivo.
Los gaditanos, los andaluces, no merecen tanto sacrificio para pagar unas deudas que no les corresponden. Será difícil apaciguar los ánimos de un paciente que espera meses para ser atendido mientras sigue leyendo en los periódicos cómo sus gobernantes se han venido gastando durante años el dinero de todos los andaluces de forma fraudulenta. No es de recibo. Más listas de espera, médicos estresados, usuarios frustrados, puertas cerradas. Se está abonando un auténtico campo de minas que va a explotar por algún lado. Los profesionales están sujetos a un juramento, pero los usuarios no se comprometen a nada con su voto. Es a ellos a quienes les corresponde reclamar sus derechos.