España confía en pagar el rescate a 15 años y con un interés máximo del 4%
De Guindos confirma que el lunes se formalizará la petición de ayuda y evidencia las duras negociaciones en el Eurogrupo
BRUSELAS.Actualizado:El ministro de Economía, Luis de Guindos, se despidió ayer de la cumbre del Eurogrupo en Luxemburgo con una frase que trasluce la tensión vivida de puertas hacia dentro. «De vez en cuando, al señor Juncker también hay que explicarle las cosas», espetó lacónico. La afirmación llegó tras dos días de presiones para que España se decidiera a presentar la petición del rescate. El Gobierno enviará finalmente la solicitud el lunes, pero se resistió a desvelar la fecha hasta el último momento. De Guindos acabó confirmándola después de que el presidente del club de la moneda única, Jean-Claude Juncker, advirtiera de que el plazo límite expiraba al comienzo de la próxima semana.
El juego de ultimátums y fechas ambiguas arrancó el jueves con la llegada del ministro de Economía a Luxemburgo. Antes de entrar a la reunión, insistió en que la petición era un «mero formalismo». Las instituciones comunitarias, sin embargo, llevaban días recordando que los plazos no podían dilatarse. Aunque las turbulencias en los mercados se han ido relajando, el nerviosismo había cundido ante el miedo a una posible parálisis en la negociación del rescate. Al final de la cita, Juncker no dejó margen para la duda. España tenía hasta el lunes para solicitar el salvavidas. El titular francés de Finanzas se atrevió a ir más lejos y aseguró que ayer ya se habría cumplido el trámite.
De Guindos cedió ante la persistencia de sus socios, aunque no desaprovechó la oportunidad para lanzar un mensaje soterrado al presidente del Eurogrupo. El recado dio a entender que España negociará hasta el final las condiciones del rescate bancario. Estas maniobras apenas salen a la luz, pero son un clásico en el seno del club comunitario. El ministro de Economía destapó estas duras conversaciones al poner sobre la mesa las características que deberían tener las ayudas. Al igual que sucede con los otros tres socios auxiliados, confía en los plazos de devolución superen los 15 años y el interés se sitúe entre el 3% y el 4%.
El Gobierno espera que las condiciones de los créditos contemplen un periodo de gracia inicial. Durante este tiempo, que según De Guindos podría llegar a los 10 años, España pagaría unas cuotas mucho menores que reducirían las estrecheces de las cuentas públicas. El Ejecutivo también juega con la posibilidad de que las recapitalizaciones puedan dejarle un margen de beneficio. Aún debe definirse la fórmula técnica definitiva, pero las reglas comunitarias establecen que las entidades receptoras deben pagar unos intereses del 8,5%. Todos estos detalles podrían pactarse en el Eurogrupo del 9 de julio, momento en el que se firmará el plan de rescate del sector financiero español.
La petición formal de la ayuda el próximo lunes supone, en realidad, el pistoletazo de salida del auténtico proceso de negociaciones. Tras tanta expectación, De Guindos aseguró jocoso que la petición formal de la ayuda provocará «cierta desilusión». Al parecer, se trata simplemente de una carta de «dos párrafos» en la que ni siquiera figurará una cifra orientativa sobre el dinero que necesitará el país. Esa cantidad se fijará en colaboración con la troika formada por el BCE, la Comisión y el FMI. Los inspectores acudirán a Madrid la próxima semana para realizar su propio examen sobre la salud del sector. A juicio de las dos auditoras externas contratadas por el Ejecutivo, las entidades requerirán como máximo 62.000 de los 100.000 millones ofrecidos por la UE.