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Mamarrachos

FERNANDO MIGUELES SANTANDER
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Todos deseamos ver algo nuevo cada concurso y pocas son las veces que vemos recompensado nuestro interés en ello. En realidad son escasos los años que las agrupaciones y en su caso los autores llegan a sorprendernos con algo diferente y original. Voy a ser más claro. Los aficionados están muy hartos de lo mismo. Ya están empachados de tanto payaso, indio, militar, piconerito y demás. Deberían de descalificar al próximo que saque una comparsa prototipo de 'Los almas en pena'. Esos con cara maquillada en plan zombi gaditano con túnicas desgarradas y con pelucas de espumillón dorada. También deberían de echar a la primera de cambio, a esas chirigotas que vienen con un nombre muy original pero con todo copiado a otras, es decir a esas que son calco exacto del Selu, Remolinos o El Lobe, pero con menos gracia e imaginación que los que hacen los Juanillos en verano. En cuartetos la cosa cambia. Los pocos grupos que salen vienen dignamente salvo la intromisión, y no falla ningún año, del cuarteto de turno que sale a las tablas con menos ensayos que los cargadores de la Custodia y con menos golpes graciosos que el ministro Montoro.

En coros también hay mucho adefesio. Los tipos de época no faltan cada concurso. De fanfarrones y madroñeras siempre hay quien piensa que podría dar el pelotazo. No digamos de los coros, que traen un disfraz tan rebuscado, pero eso sí elegante, que aunque te digan el nombre no eres capaz de saber de qué van. La imaginación al poder. Los autores por hacerse los 'Snow' son capaces de inventarse tipos tan raros que ni ellos mismos lo entienden. Muchas veces los periodistas por ser prudentes, como es el caso de Mari Pepa Marzo, te lo describen muy finamente especificando hasta el más mínimo detalle y sobre todo por no decir claramente y no ofender a nadie, que lo que han traído este año es un esperpento en toda regla. El concurso cada vez está más lleno de remakes y menos creatividad.

Hay autores que no se darán cuenta en la vida que no son autores y seguirán creando su mamarracho correspondiente.