El Rey visita hoy Algeciras para mostrar su apoyo a la Guardia Civil
El Gobierno ve «un acierto» su presencia en la zona coincidiendo con el conflicto que mantienen los pescadores con Gibraltar
Actualizado:El Rey visitará hoy Algeciras para conocer de primera mano y mostrar su apoyo a la labor de vigilancia marítima que la Guardia Civil desarrolla en las aguas del Estrecho, y que va desde la lucha contra el narcotráfico y la inmigración ilegal, hasta más recientemente la protección de los pesqueros que faenan en las proximidades de Gibraltar.
Aunque el viaje se programó antes de la escalada de tensión entre las cofradías de pescadores de Algeciras y La Línea con el Gobierno de Gibraltar, la presencia del Rey en la localidad gaditana ha adquirido un simbolismo especial.
El propio Ejecutivo, por boca de su ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, erigido en portavoz de la política hacia Gibraltar, considera «un acierto» la visita del Rey a la Unidad de Vigilancia Marítima de la Guardia Civil en Algeciras en este preciso momento, cuando los pescadores de la zona aún negocian con el Gobierno del Peñón una salida al enfrentamiento que mantienen desde marzo.
El ministro informó a su colega británico, Willian Hague, del viaje del Rey a Algeciras en la visita que hizo a Londres a finales de mayo. En ese encuentro, también le previno de la intención del Ejecutivo español de denunciar ante la UE el nuevo régimen fiscal de Gibraltar.
Hague por su parte había avisado a Margallo de unas próximas maniobras militares que la Fuerza Aérea y la Armada británica se disponen a realizar en la base que el Reino Unido tiene en el Peñón, días después de la visita de los condes de Wessex a La Roca.
El conflicto entre los pescadores con las autoridades de Gibraltar se remonta a marzo pasado, cuando el Ejecutivo de Fabian Picardo rompió unilateralmente el acuerdo que existía con los pescadores gaditanos desde 1999 y que les permitía faenar sin restricciones dentro de las tres millas que el Reino Unido y Gibraltar reclaman como aguas de su jurisdicción, siempre y cuando no se acercaran a menos de 225 metros de la costa.
Bajo el argumento de que quiere preservar la fauna marina, las autoridades gibraltareñas busca imponer a los pescadores el cumplimiento de una ley medioambiental de 1991 o una nueva con restricciones sobre las artes de pesca.
Los pescadores, apoyados por el Gobierno, se resisten a someterse a una legislación gibraltareña que tenga como ámbito de actuación unas aguas que España no reconoce ni a Reino Unido ni a Gibraltar.