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Los jugadores griegos celebran el pase a cuartos. :: EFE
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El derbi de la deuda

Antes del cruce de cuartos, los griegos piden no mezclar política y economía con el fútbol y el alemán Löw dice que esas cosas se las deja a Merkel

I. TYLKO
VARSOVIA.Actualizado:

«El derbi de la deuda», «sed de venganza», la «Eurocopa de la inverveción», «¡Traigan a Merkel!»... Desde que el sábado pasado se supo que la 'poderosa' Alemania y la 'mísera' Grecia se iban a jugar los cuartos de final en Gdansk (Polonia), el partido de los simbolismos es una máquina de generar morbo. Tras eliminar de forma heroica a la selección rusa, el país heleno se embriagó de felicidad. Nada como la posibilidad de vencer a los teutones para tomarse la revancha ante un pueblo al que, según se ha llegado a escribir, odian ahora casi tanto como durante la ocupación nazi. Le consideran arrogante, sin escrúpulos, capaz de imponer la miseria a un país para que otros le vean las orejas al lobo. Pero existe también el serio temor en Grecia de que la locomotora alemana les humille también con el balón.

Tanto se está calentando el choque del viernes (20.45 horas) en la 'Perla del Báltico' que los futbolistas griegos decidieron dar un paso adelante y pedir mesura. Se trata de bajar el diapasón para evitar problemas de orden público. Giorgos Samaras y Kyriakos Papadopoulos pusieron de relieve ayer que la Eurocopa y la actual crisis económica son dos cosas que combinan como agua y aceite.

«No podemos mezclar fútbol y política. No es bueno hacerlo. El fútbol es un deporte y jugaremos para disfrutar. Ya hemos hecho algo grande clasificándonos para cuartos y ahora se trata de gozar en la Eurocopa», afirmó Samaras, que milita en el Celtic. «No sólo jugamos por nosotros, sino por once millones de griegos. Les dimos una alegría ganando a Rusia y esperamos hacer lo mismo el viernes», añadió el delantero de 27 años.

Mientras, el seleccionador, Joachim Löw, se manifestó en una línea muy mesurada desde la concentración del combinado teutón. Dijo que los aspectos político-económicos se los reserva a la canciller. «Angela Merkel y la selección alemana se llevan bien. Llegamos a un acuerdo para que ella no interfiera en mis instrucciones tácticas y, a cambio, yo no me meto con su agenda política», dijo con retranca. «En lo que nos concierne, estamos encarando este partido de fútbol de forma normal, es todo lo que tengo que decir», zanjó el exayudante de Jurgen Klinsmann.

Pero en Grecia ven a Merkel como el eje de todas las penurias económicas que sufre la sociedad, tras presionar para pedir recortes de salarios y pensiones con la idea de mantener una economía austera en tierra helena.