La liberación de Cristiano Ronaldo
La estrella de Portugal otro paso más hacia el 'Balón de Oro' y supera a Figo como tercer artillero luso
POZNAN.Actualizado:«¡A partir de ahora ya es todo posible!». Tras acallar con dos goles y una actuación portentosa el aluvión de críticas, y hasta de burlas, recibidas después de sus tristes actuaciones frente a Alemania y Dinamarca, Cristiano Ronaldo ha entrado en fase de ebullición. Hierve de ganas de recuperar el 'Balón de Oro' que logró en 2008 y que en los tres último años le arrebató su enemigo Leo Messi. De momento, ha conducido a las 'Quinas' a cuartos y, con 34 goles en 93 partidos desde que debutó en 2003, ya supera a Figo (32) y solo divisa por delante al mítico Eusebio (41) y al exdeportivista Pauleta (47).
Avanza que el próximo jueves se verá en Varsovia un duelo «extremadamente difícil», al «cincuenta por ciento», frente a una República Checa a la que, según dice, «hay que respetar». Pero el astro portugués ya se siente capaz de todo, incluso de levantar al fin un título con la 'selecçao'. Fue subcampeón de Europa en el certamen organizado en su país. Jugó seis partidos y anotó dos goles. Alcanzó los cuartos en 2008, con un gol en cuatro encuentros. En sus dos Copas del Mundo tampoco resultó determinante. Acabó cuarto en Alemania 2006, con un tanto en seis partidos, y cayó en los octavos de final del pasado campeonato de Sudáfrica. Solo una diana le contempló en el continente negro.
Se le acusaba, no sin razón, de no dar a talla con su país, donde su desempeño queda lejos del mostrado en el Manchester United y en el Real Madrid. Pero de nuevo es un superhéroe. «¡Tomen ahora!», exclama en su significativa portada del lunes el diario deportivo 'Record'.
«Éste es Real» destaca, por su parte 'O Jogo', que recurre a un juego de palabras para relacionar su actuación ante los holandeses con su habitual rendimiento en el Madrid. De blanco firmó un último curso estelar, con 60 goles en todas las competiciones.
'A Bola' destaca que «Portugal es grande y Ronaldo, enorme». Se centra luego en los comentarios sobre sus dos goles decisivos. La prensa generalista también luce a CR7 en su portada. «El día de Cristiano», titula el 'Diario de Noticias', que se felicita por la «afirmación de Portugal». Para el 'Correo da manha', el «genio de Ronaldo exprimió la naranja».
Sellado el «primer objetivo de superar el grupo de la muerte», Cristiano habló para la televisión de su país, forzado al ser la poseedora de los derechos. Se saltó así en parte la ley del silencio impuesta por el vestuario luso en el estadio Metalist de Járkov, ya que todos hicieron 'mutis por el foro' en la zona mixta y dejaron plantados, no ya a los periodistas portugueses, sino sobre todo a los aficionados deseosos de escuchar sus opiniones.
El silencio, frecuente en los lusos tal y como se ha comprobado por Mourinho, fue decretado por entender los jugadores que su estrella recibió críticas desproporcionadas, injustas y hasta irrespetuosas, según cuentan medios lusos tras consultar a fuentes de la Federación.
Cambio radical
Nada que ver este Cristiano con el jugador enajenado, fuera de sí, que dio la cara después de escuchar cánticos de apoyo a Messi por parte de la afición danesa, tras errar dos ocasiones pintiparadas en el choque del pasado miércoles en el Arena de Lviv. Entonces se defendió con el argumento de que que todo el mundo tiene derecho a fallar, incluido él. «Me gustaría marcar, ya me conocen, y siempre doy el máximo de mí. Si Portugal gana y yo no marco, lo firmo ahora», comentó. Y sobre el astro argentino del Barça, hace días recordó que a estas alturas del año pasado, ya estaba eliminado en la Copa América.
Tal y como expone Paulo Bento, su técnico, a Cristiano sobre todo le gusta hablar sobre el césped. Certificó la muerte de la 'Oranje' en Ucrania con dos golazos. Uno, antes de la media hora, tras tirar un desmarque de genio. Y el de la tranquilidad, tras culminar un contragolpe en el que dejó sentado a Van der Wiel.
Además, estrelló dos disparos en la madera, dio un pase soberbio a Nani y realizó un par de remates de cabeza espléndidos. Fue un peligro constante. Reclamó a sus compañeros que le abrazaran, se golpeó el corazón y se chupó el dedo en dedicatoria a su hijo, que el mismo día de su exhibición cumplía dos años. Cristiano se siente liberado.