Gianluigi Buffon, durante un entrenamiento de la selección italiana. :: GIUSEPPE CACACE / AFP
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Italia revive otra pesadilla

Afronta el choque ante Irlanda obligada a ganar y esperar el 'fair play' de españoles y croatas

POZNAN. Actualizado: Guardar
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«Pensemos en nosotros y busquemos ganar a Irlanda, que parece que ya lo hemos hecho antes de jugar el partido. El resto son palabras al viento, charlas de café, conjeturas de mediocres y argumentos de perdedores». Así de rotundo se ha expresado Buffon, veterano guardameta italiano, sobre los comentarios acerca del presunto 'biscotto' (pasteleo) entre croatas y españoles que, en caso de empate a dos o más goles, les dejaría fuera de los cuartos de la Eurocopa.

«¡Mamma, mía. Hace dos días que solo se habla de esto en la prensa!», se quejó el portero a través de una red social. «Biscotto aquí, biscotto allá, biscotto en todos lados, como si los otros no tuvieran derecho a sentirse ofendidos por esas alusiones de arreglo, que pareciera que nos pertenecen solo a nosotros», insistió, enojado, 'Gigi'. Un capitán que, no lo olvidemos, aparece como sospechoso de corrupción en el último escándalo que salpica al 'calcio'.

Por su culpa, por no saber hacer los deberes a tiempo y no saber cerrar dos partidos que tenían bien encarrilados, Italia sufre. Está obligada a derrotar a la Irlanda de Trapattoni, ya eliminada, pero su futuro depende de la buena voluntad de terceros. Enorme riesgo.

Dan por descontada la deportividad y profesionalidad de balcánicos e ibéricos pero es indudable que la cabeza de los transalpinos no estará al cien por cien en Poznan. De lo que ocurra en Gdansk entre 'La Roja' y 'La Arlequinada' pasa el futuro de la 'Nazionale'.

La 'squadra' de Prendelli dibuja un fútbol más bello y romántico que antaño pero, de momento, los resultados no la premian. Con Buffon y el buen técnico ex de la Fiorentina a la cabeza, en los 'azzurri' abundan en la teoría de que los irlandeses no serán presas fáciles. Si no son capaces de hincarles el diente, volverán a Roma con el bochorno de no haber ganado ni un solo partido.

No se debe subestimar el orgullo del 'Trébol', herido tras la paliza recibida ante España (4-0) y ansioso de no regresar a casa con las «manos vacías», como la selección más endeble del campeonato. Así lo pusieron de manifiesto tanto Trapattoni como el atacante Robbie Keane. Sobre todo, aún no han digerido la inesperada derrota frente a los croatas (3-1) en el estreno de Poznan.

Trapattoni ya lo vivió

En la Eurocopa de hace ocho años, Italia, dirigida precisamente por Trapattoni, ya quedó apeada por un empate entre vecinos escandinavos, tras imaginarse clasificados por un gol de Cassano en el descuento contra Bulgaria (2-1). Pero los suecos habían empatado contra Dinamarca a poco del final, en un partido jugado aparentemente a tope, aunque a la postre disparó las sospechas.

Los terceros en liza lo niegan. «Los italianos pueden quedarse tranquilos», asegura el croata Luka Modric. «Los idiotas hablan de pacto, eso no le hace bien al fútbol. Estoy seguro de que los dos equipos jugarán para ganar», añadió. Prandelli centra la mirada en el bajo rendimiento físico del equipo, lo que le hizo recomponer el esquema, y en la fragilidad mental del grupo. Anunció «tres o cuatro cambios». Hasta ahora, había reforzado la defensa con cinco defensores, pero la prensa italiana espió el entrenamiento a puerta cerrada y vio una zaga más convencional con cuatro atrás. La señal de alarma la dio el atacante del Manchester City Balotelli, que «sintió dolores en una rodilla». Esta molestia podría ayudarle a Prandelli a relegarle en beneficio de Di Natale, que formaría dupla ofensiva con Cassano.

Los italianos ya vivieron parecida situación de emergencia varias veces en una cita grande. En el Mundial de 2010 se marcharon en primera ronda tras caer contra Eslovaquia (3-2), pero en 1982 no les impidió terminar campeones. Y en la Copa del Mundo de EE UU de 1994 salieron airosos de un caso peor. Se presentaron al último choque con solo un punto, después de un ridículo ante Irlanda, para luego llegar a la final y perder por penaltis ante Brasil.