Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
MUNDO

Siria se queda sin testigos por la retirada de la misión de la ONU

Los observadores permanecerán en su hotel «hasta nueva orden» ante la intensificación de la violencia armada

MIKEL AYESTARAN
Actualizado:

Siria se queda sin testigos incómodos. Primero se fueron los diplomáticos occidentales como respuesta a la expulsión previa de sus colegas sirios en Europa y Estados Unidos, y ahora Naciones Unidas suspende la misión de observación. Los cascos azules se quedarán en el hotel «hasta nueva orden», según el comunicado de su máximo responsable, el general Robert Mood, debido a la «intensificación de la violencia armada en Siria durante los últimos diez días».

El oficial noruego lamenta «la falta de voluntad por las partes de buscar una transición pacífica, y su movimiento hacia posiciones militares», lo que está aumentando «las bajas en ambos bandos: civiles inocentes, hombres, mujeres y niños están siendo asesinados cada día». Para el jefe de la misión la actual situación «implica riesgos significativos para nuestros observadores» y, por lo tanto, la Misión de Supervisión de la ONU para Siria (UNSMIS) «suspende sus actividades».

A falta de un mes para el fin del mandato que permitió el despliegue de trescientos observadores en territorio sirio, esta suspensión de actividades corrobora el fracaso del plan del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan. El alto el fuego no se ha respetado en ningún momento y los cascos azules nunca han tenido libertad de movimientos. Con el paso de las semanas se han convertido en rehenes de un régimen que solo les ha permitido observar lo que le interesaba.

Si cruzaban la línea roja, como ocurrió la semana pasada con el intento de investigar los ataques sobre Al-Haffa, al noroeste del país, «grupos incontrolados» leales al régimen de Bashar el-Asad les cortaban el paso de forma extremadamente violenta. El Ministerio de Exteriores sirio, sin embargo, hizo responsable de esta suspensión de actividades de la ONU a los «grupos armados de la oposición», que «han aumentado el número de ataques desde la entrada en vigor del plan de Annan, incluso atacando a los observadores y poniendo en riesgo sus vidas».

El general Mood evitó referirse al causante de los últimos ataques directos contra la ONU en su comunicado, un silencio muy significativo.

Segundo intento fallido

El intento de Naciones Unidas es el segundo que pone en marcha la comunidad internacional tras el trabajo desarrollado durante casi dos meses por el equipo de enviados de la Liga Árabe en invierno. Al final los árabes también suspendieron su trabajo debido «al deterioro de la seguridad y el aumento del número de víctimas». Ni entonces ni ahora los observadores han sido bien recibidos.

El régimen les acusa de favorecer el rearme de la oposición y los opositores, de ser incapaces de frenar la muerte diaria de civiles a manos de las fuerzas de seguridad, ayer otros dieciocho, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) con sede en Londres.

Las potencias extranjeras implicadas en la crisis siria hablan de la importancia de que se implemente el plan de Kofi Annan, pero ni ellas mismas confían en el éxito de sus seis puntos. Sin voluntad internacional y con un régimen blindado por el apoyo de China, Rusia e Irán, la paz y el diálogo son silenciados cada día por el sonido de las armas.

De momento, EE UU ya ha asegurado que baraja junto a sus aliados «nuevos pasos» para encontrar una vía hacia la transición en Siria. «Cuanto antes tenga lugar este proceso, más oportunidades tendremos de impedir una larga, sangrienta y sectaria guerra civil», afirmó un portavoz de la Casa Blanca.